Después de salir del trabajo, ¿el cuello y los hombros te duelen, las muñecas te punzan o te hormiguean y, además, te suelen dar calambres en varias partes del cuerpo?

¿Los brazos te pesan y sientes un dolor, agudo como un piquete, en ciertas articulaciones?

Quizá pienses que sentir cansancio y dolor de músculos, articulaciones y además cierta frustración, corresponde al gran estrés al que estás sujeto y que si descansas estarás mejor al siguiente día. Tal vez pienses que padecer eso es normal, pero no lo es. Si reconoces todas estas molestias, deberías pensar en que no sólo la fuerte carga de trabajo, sino también tu mismo lugar de oficina es el que te está lastimando.

Sí, es posible que las malas posturas que adoptas para laborar, los movimientos bruscos que haces o la disposición de tu mobiliario puedan estar lesionándote, lo cual puede provocarte, entre otras cosas, padecimientos músculo-esqueléticos, es decir, aquellos que afectan los músculos, las articulaciones, los nervios y el esqueleto mismo.

Estas lesiones son de lo más comunes en el trabajo y lastiman tanto al empleado como al empleador, al tener que pagar el tratamiento y los días perdidos que implica.

Las lesiones que encabezan la lista son las de espalda y los trastornos en los brazos y los padecimientos lumbares, según señala la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.

“Los trastornos de origen laboral del cuello y las extremidades superiores suelen desarrollarse con el tiempo como consecuencia de actividades repetitivas como el uso de teclados. Pueden afectar al cuello, los hombros y las extremidades superiores”, señala esta agencia.

Estas enfermedades existen en todo tipo de ambiente laboral, tanto en la industria como en la oficina, por ejemplo. De hecho, ésta última nos hace más propensos a este tipo de lesiones.

“La ofimática (que no es otra cosa que la utilización de procesadores de textos, hojas de cálculo, presentaciones multimedia, correos electrónicos, es decir, trabajar en una oficina frente a una computadora) ha sido asociada con un aumento de absentismo, reportes de lesiones musculares, vista cansada y reducción de satisfacción laboral”, explica Franz Schneider, un consultor estadounidense dedicado a implementar este tipo de políticas en lugares de trabajo.

¿Qué hacer frente a estos riesgos? Mejorar las posturas y reducir los riesgos. Para ello, está la ergonomía. El Departamento de Seguros de Texas en su estudio La Ergonomía para la industria en general la explica bien: ésta es “la ciencia que se encarga de ajustar el trabajo al trabajador”.

Así explica este estudio el diseño ergonómico de instrumentos: “ Los mangos de las pinzas están diseñados con cubiertas para permitir al trabajador aplicar más presión sin causar tensión innecesaria sobre la muñeca y las carretillas están diseñadas para permitir a los trabajadores mover objetos pesados y mantener la espalda libre de lesiones”.

Esta disciplina busca proveer la máxima productividad al menor costo.

Este costo va mucho más allá de ser económico, sino que es un costo psicológico y de salud para el empleado, según explica el estudio Ergonomics in the Workplace elaborado por la Health and Safety Authority, una institución del gobierno irlandés.

También afecta el ánimo

Los síntomas de tener malas posturas en el trabajo no sólo son físicos .

“La mala ergonomía da pie a trabajadores frustrados y fatigados que no hacen su mejor trabajo. Cuando una tarea es demasiado exhaustiva, el trabajador, no lo hará tan bien como lo debería hacer por estar entrenado”, explica la consultoría Ergonomics.

Los beneficios que atrae el buscar la comodidad y las buenas posturas permean tanto en empleados como en la empresa y esto se refleja en cifras.

Las enfermedades músculo-esqueléticas, disminuyen 61% de acuerdo con números del Departamento de Trabajo e Industria del Estado de Washington citados por el estudio Office Ergonomics, 6 Essentials for Large Employees (Ergonomía de Oficina, 6 puntos esenciales para empleados). Según este estudio, la rotación disminuyó 87%; los días laborales perdidos 88% y el absentismo 46%. Además, aumentó la productividad 17% y los errores disminuyeron 32%.

Además, promover las buenas posturas y un buen ambiente de trabajo también contribuye a la lealtad, ya que según la consultoría Ergonomics Plus, cuando los empleados no experimentan fatiga o incomodidad se disminuye la rotación laboral, el absentismo mejora la moral e incrementa el compromiso de trabajo.

Recuerda: alterna estar de pie y sentado, no te estires demasiado y procura mantener el trabajo cerca de ti.

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