Ser creyente no está peleado con ser de izquierda, aunque las divisiones entre izquierda y derecha cada vez se van difuminando, afirma Carlos Peñafiel, líder estatal del partido Morena.

Aclara que el nombre de su partido es Morena, así, “solito”, pues originalmente era un movimiento, pero luego se convierten en partido político y sus estatutos lo dejan sólo como Morena.

¿Cuál es el principal rasgo de tu carácter?

—Escuchar.

¿Qué cualidad aprecias más en una persona?

—En un hombre, su valor. En una mujer, su dulzura.

¿Qué es lo más aventurero qué has hecho en la vida?

—Irme a viajar por unos meses a Europa solo, en pleno invierno, al norte de Europa, probándome a mí mismo en una zona donde no conocía ni el lenguaje, ni las costumbres ni la comida, donde todo era me era adverso, el clima, en pleno invierno y hacerlo por varios meses. Tenía 30 años. Estuve en Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Inglaterra, Escocia.

Como anécdota, recuerdo que estaba en Normandía, en un pueblo que se llama Caen, en esa zona de Francia, donde se me quedaban viendo personas oriundas de ahí.

Evidentemente era extranjero, y al decirles que era mexicano se sorprendieron sobremanera, pues me preguntaban qué hacía en pleno enero en Caen, con el frío que estaba haciendo. Inclusive la misma gente de ahí migraba a zonas más calientes, y se les hacía muy raro que un mexicano estuviera en esa época del año en esa zona. Pero era un proceso de probarme a mí mismo y de encontrarme conmigo mismo.

¿Qué esperas de tus amigos?

—Espero honestidad y camaradería.

¿Tu principal defecto?

—Mi principal defecto es que a veces soy demasiado paciente. Cuando es demasiado se convierte en defecto. Creo que todo en esta vida con equilibrio tiende a ser una virtud, y todo en esta vida cuando se va a uno u otro extremo se convierte en un defecto.

¿Tu ocupación favorita?

—Morena.

¿Tu ideal de la felicidad?

—Amar y ser amado.

¿Cuál sería tu mayor desgracia?

—Que México continúe por el rumbo que va.

¿Qué te gustaría ser?

—En ese sentido, estoy muy satisfecho con lo que soy, aunque confieso que sorprendido. Soy un hombre creyente, y estoy sorprendido cómo he visto la mano de Dios en mi vida. Hoy, sin haberlo realmente planeado de esa forma, he sido empresario, he sido diplomático, funcionario público en el gobierno federal en alto nivel, académico y sin nunca haber sido político. Realmente soy un técnico. Hoy dirijo un partido político en el estado. La verdad estoy sorprendido de cómo la vida, Dios, me ha conducido por estos derroteros, dándome una formación muy integral, muy rica. Estoy muy satisfecho con lo que he sido.

Tal vez me hubiera gustado estudiar Ingeniería, pero hoy sé que lo mejor que me pudo haber pasado fue estudiar Economía, porque eso me permitió tener una mayor sensibilidad social.

¿En qué país desearías vivir?

—México. Por eso estoy trabajando para cambiarlo, porque no me quiero ir de aquí. Me encanta Francia para visitar, disfruto mucho Italia, pero para vivir, México, por eso trabajo para poderlo cambiar.

¿Cuál es tu color favorito?

—El blanco, por todo lo que implica: transparencia, pureza. Es un color que se puede combinar con los demás colores, porque es muy fácil que entre en armonía.

¿Cuál es tu animal favorito y por qué?

—El águila es el único animal que puede ver al sol y volar. También por su grandeza, pero sobre todo por su capacidad de ver al sol y esa capacidad para volar.

¿Canción favorita?

—Es difícil de contestar, porque son tantas y de tantos géneros. La verdad, la música en general me fascina. Si hablamos de música clásica, Beethoven. Para mí Beethoven en la música y Vincent Van Gogh se me hacen extraordinarios. La Novena Sinfonía de Beethoven es una maravilla. Esa locura en armonía, igual que Van Gogh, que lo ves y es algo que te sorprende, que es una locura pero en armonía y eso lo convierte en un genio.

En ese sentido, amar es una locura, por eso decía que mi ideal de felicidad es amar y ser amado, pero para amar hay que ser extraordinariamente locos y apasionados.

¿Cuál es tu película favorita?

—Ben Hur, sin lugar a dudas. Es la historia de una persona que se enfrenta a sí mismo y que termina encontrando la paz y el amor.

¿Cuál es tu libro favorito?

—Hay varios. Me gusta mucho la novela histórica, por ejemplo, Médico de cuerpos y almas, de Taylor Caldwell. En economía me fascina La riqueza de las naciones, de Adam Smith, es un libro extraordinario. El Principito, bueno, lo he leído muchas veces, siempre encuentro algo que me enriquece en espíritu. En novela, Taylor Caldwell sobresale. Inclusive su propia historia. Es una mujer que tuvo que usar este seudónimo de Taylor porque en su época una mujer no escribía, usaba un nombre que pareciera masculino, para poder hacerlo, y lo hace desde muy chica, y todos sus libros son una maravilla.

¿Un héroe o heroína de ficción?

—Es una buena pregunta. ¿Batman? Es lo primero que se me viene a la mente [risas].

¿Cuál es tu lugar favorito en el que has estado?

—Son tantos, y en tantas partes del mundo. La Sierra Gorda queretana, el desierto de Egipto es impresionante. La zona del lago Nasser en la noche es extraordinaria. Aquí cerca, en Guanajuato, Atotonilco, es un lugar que tiene unos cielos maravillosos, desde el templo como el convento benedictino crean una atmósfera mágica.

La Toscana, en Italia, es bellísima, la disfruto mucho. En Grecia, una noche estrellada en Grecia, en la zona del Peloponeso, entiende uno por qué los griegos se basaban en las estrellas, se queda uno sin palabras.

¿Tu héroe de la vida real?

—Morelos, sin duda. Es primero, antes que nada, es el primero que conceptualiza a México como nación, y lo plasma de una forma bella en los Sentimientos de la nación. Segundo, hay una anécdota muy interesante. Cuando Morelos se encuentra con [Miguel] Hidalgo, su mentor en Morelia, en aquel entonces Valladolid, en la Universidad Nicolaíta, su encuentro dura cinco minutos. Hidalgo lo único que le dice es “encárgate del sur”. No le dijo más, no le dio recursos, nada. Y bueno, es extraordinaria la campaña del sur de Morelos. En lo militar era un genio.

Decía Napoleón que si él tuviera tres generales como Morelos hubiera conquistado Europa. Napoleón era gran admirador de Morelos, pero no solamente eso. Cómo va conceptualizando a México como nación, cómo lo plasma, cómo termina amando ese proyecto que hoy es México.

¿Tu nombre favorito?

—Carlos [ríe]. En mujer, Kitzia. Es una expresión en polaco que significa “chiquita linda”, “mi pequeñita”, “mi consentida”. De hecho, mi hija se llama Kitzia María, que es mi nombre favorito en mujer. Nos viene el gusto por el nombre por Kitzia Poniatovska, hermana de Elenita. De ahí conocimos el nombre y la combinación con María, soy un hombre creyente, con una gran amor hacia la Virgen María.

¿Qué hábito ajeno no soportas?

—La impuntualidad. Cuando es un hábito. Una cosa es cuando pasa algo extraordinario, que se le cruza uno el tráfico, de las inundaciones, que en Querétaro no se dan [ríe], y otra cosa que por hábito se llega tarde. Esa es una falta de respeto hacia las demás personas.

¿Qué es lo que más detestas?

—La hipocresía, la falsedad.

¿Personaje, filósofo o autor histórico favorito?

—Napoleón es todo un personaje, lleno de luces y sombras, muy rico leer sobre él. Alejandro Magno es otro personaje con luces y sombras, pero que siempre uno en la vida le descubre mucho. Sócrates, más que Platón.

Si pudieras revivir a algún personaje de la historia, ¿a quién revivirías?

A Gandhi. El otro, Juan XXIII. Es todo un personaje. Primero genera una gran transformación en toda la Iglesia, desde partes de las formas, hasta el mismo fondo de la Iglesia. Esta visión de los pobres, esta iglesia volcada hacia los que menos tiene es de Juan XXIII. Era todo un personaje.

¿Qué don de la naturaleza desearías poseer?

—Me siento feliz siendo ser humano.

¿Tienes alguna colección?

—No. Realmente no. Me gustan mucho los barcos para armar, pero colección como tal, no. Me gusta mucho la pintura, tengo algunos cuadros, pero tampoco soy lo que pudiera llamarse un coleccionista, no.

Si pudieras comer una sola comida en tu vida, ¿qué sería?

—No, qué flojera. Una sola comida para toda la vida, no. Me fascina comer de todo, disfruto mucho comer.

¿Tienes un lema?

Ad maiorem Dei gloriam. A la mayor gloria de Dios. Es el lema de los jesuitas y que he tomado como propio.

¿Cómo te proyectas en un futuro?

—Como un hombre feliz y enamorado. Enamorado de la vida y, precisamente, enamorado siendo feliz.

¿Cómo te gustaría morir?

—De pie. En todos los sentidos. No me refiero solamente físicamente. Me refiero con dignidad, siendo amado. Me gustaría que fuera una muerte rápida, que no fuera una muerte lenta. Que fuera de pie.

¿Está peleada la izquierda con la religión?

No. Soy católico, aunque respeto todas las creencias, pero yo creo que cualquier creencia auténtica lo que busca es el amor, y creo que tendremos o seremos más felices en la vida, en la medida en que más amemos. Ese concepto de izquierdas, derechas, como que ya está muy difuminado. Yo creo que ser un buen hombre de izquierda o ser un buen hombre en general es qué tanto ama uno. Amar a los pobres, procurar la igualdad y la justicia es amar. No veo ningún enfrentamiento entre ningún pensamiento auténtico.

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