Otomíes Productos Gourmet es una marca impulsada por 18 familias hñähñu de Ixmilquilpan, Hidalgo, quienes desde hace seis años se dedican a la elaboración de licores, salsas y conservas hechas artesanalmente con ingredientes prehispánicos y naturales de la región.

En el 17º Encuentro de las Culturas Populares y los Pueblos Indígenas en Querétaro, Elizabeth Jiménez asistió en representación de su comunidad, para promocionar este proyecto entre la población queretana. Con un gesto amable compartió pruebas de toda su gama de productos, como la salsa de chiltepín, finas hierbas o las exóticas, elaboradas con el gusano de chile “chinicuil”, pulque, caracoles o con xamues, unos insectos muy populares entre los hidalguenses que son conocidos también como “las chinches del mezquite”.

También resaltaron sus mermeladas artesanales de kiwi con nopal, xoconostle, higo y jamaica, las cuales son bajas en azúcar, no tienen conservadores y son elaboradas con ingredientes naturales, “pues nos interesa la salud de nuestros consumidores”, afirmó Jiménez.

Además de estos artículos, Elizabeth animó a los curiosos a probar los licores de la marca, cuyo fermentado es hecho a base de xoconostle, maguey, granada y jamaica, y se deja reposar hasta tres años para “amarrar el sabor”.

“Buscamos darle un valor agregado a los productos del campo a través del rescate y fortalecimiento de nuestra identidad”, platicó la productora, quien durante la charla sostuvo un pequeño frasco, en cuya etiqueta se lee “caviar de hormiga” y sobre la tapa lleva una pequeña tela adornada con el típico bordado otomí llamado “pepenado”.

“Decoramos nuestros productos con el bordado hecho a mano de indígenas otomíes y tepehuas de Hidalgo, quienes también decoran los licores con incrustaciones de concha de abulón”, explicó la empresaria hñähñu, quien afirmó que desde 2012, 120 mujeres indígenas —principalmente del Valle del Mexquital— abonan al fortalecimiento de la economía de sus localidades.

En cuanto al incentivo gubernamental de su proyecto, Elizabeth aseveró que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) ha impulsado el proyecto a través de estrategias como el Programa para el Mejoramiento de la Producción y la Productividad Indígena, desde la que fueron acreedores al sello distintivo “Manos Indígenas Calidad Mexicana”, así como a capacitaciones y asistencia técnica.

“‘Manos Indígenas Calidad Mexicana’ es una certificación que nos permite demostrar a los compradores que nuestros productos son 100 por ciento artesanales y de alta calidad”, aseguró Jiménez, quien, junto con la organización de productores y artesanos, pretende exportar dentro de poco los productos de la marca a diferentes países en Europa.

Pese a que en 2015 fueron acreedores de un apoyo por parte de la CDI, de 380 mil pesos, para la construcción de la primera etapa del taller de elaboración de conservas, Elizabeth expresó que la empresa se resiste a la industrialización, pues desean mantener su perspectiva social y sus procesos artesanales.

“Afortunadamente con el crecimiento del proyecto pudimos seguir sumando a más mujeres locales. Nos resistimos a industrializar, porque nuestro compromiso social es con las mujeres indígenas, madres solteras y mujeres con discapacidad de Hidalgo, buscamos generar nuestros propios ingresos sin descuidar nuestra identidad cultural. El tema de la industrialización nos llevaría a reducir el trabajo (…) preferimos contratar más personal hasta de otras regiones de Hidalgo, aunque tengamos que generar dos o tres turnos más con diferente personal, para seguir abonando al desarrollo económico de nuestra región”, aseveró.

cetn

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