En el primer aniversario luctuoso del poeta queretano Luis Alberto Arellano (1976-2016), su amigo y también poeta Arturo Santana afirmó que era urgente estudiar su obra y promoverla, porque esa era la única manera de preservar vivo su legado. Y quien no hizo oídos sordos a esta urgencia fue Oliver Herring, joven editor quien se dio a la tarea de reunir todas las publicaciones de Arellano, desde su primer título Nómina de huesos (2000) hasta Destino manifiesto (2016).

Con el sello Herring Publishers, y el apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Querétaro 2017, Oliver publicó el libro Luis Alberto Arellano Obra (IN) Completa, proyecto en el que trabajó durante un año y que finalmente presentó en este 2018.

En la publicación destaca la aparición de Nómina de huesos, que fue el primer proyecto literario de Arellano, título que era imposible de conseguir. Uno de sus libros más populares, que se incluye en Obra (IN) Completa, fue Plexo, editado por Tierra Adentro en 2011. Lo mismo que Bonzo, obra de 2012 que marca una nueva línea de trabajo del queretano.

Oliver Herring, editor de la obra, platicó que fue interesante leer de forma cronológica a Luis Alberto, desde sus primeros poemas a lo último que estuvo trabajando. “Era como el poeta videojuego, cada poema que presentó pareciera como un videojuego, con un nivel distinto, porque después hay poemas donde aparecen zombis, ovnis, alien, los primeros poemas muy clásicos, amorosos también, es un poeta que se fue trasformando”.

Como prólogo, la publicación incluye dos textos, uno titulado “La sociedad extraterrestre que perdió a su psicólogo”, escrito por Sergio Ernesto Ríos, en donde destaca: “Luis Alberto también era un ser híbrido, el último de los poetas Napster, el último de los poetas gamers, el primer poeta iPhone, pantallas electrónicas antes que bosques (…). Lo conocí muy joven, cuando era psicólogo y aprendiz de brujo del Siglo de Oro. Devoto gongorino y devoto de gonzalorojístico, sus primeros libros tienen el derroche de música venido del esdrújulo y que vienen y van, y son bien venidos, lúbricos, apasionados, vigorosos poemas de amor y también muy tristes poemas de desamor. Un típico escorpión”.

Ríos también habla de Bonzo y Grandes atletas negros, y los cataloga como libros de arrebatos, “libros de interminables enumeraciones, catálogos de reinos perdidos, infectados por la metáfora del vacío protomillenial que encarna el zombi, el zombi onmipresente de sus amados videojuegos”.

Arturo Santana escribió en su colaboración: “Un campo de significación constante en la obra de Luis Alberto Arellano necesariamente incluiría sustancias como carne, polvo, Dios, nadie, nada, muerte. Una valoración de su obra se antoja necesaria sobre el contexto de una tendencia universal hacia el encuentro con un sentido actual de lo humano”.

En la presentación de Obra (IN) Completa, se develó que queda mucho material de Luis Alberto Arellano para investigar, como sus ensayos, su trabajo como traductor, además falta conocer los textos que dejó inéditos. Redacción

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