Hasta que se resuelvan los conflictos entre habitantes de Amealco será posible trabajar en el rescate de su templo, uno de los más antiguos en la entidad, indicó Rosa Estela Reyes, directora por Querétaro del centro Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Municipio e INAH, cada uno presentó proyectos al Gobierno Federal para bajar recursos que permitan mejorar las condiciones de la iglesia de Santiago Mexquititlán, sobre todo ante la inestabilidad que registra la torre, pero existe un grupo de habitantes que exige al INAH no permitir que se realicen obras, mientras que otro exige que se concreten.

El que quiere evitar la intervención argumenta que es en la explanada del templo su centro ceremonial, mientras que el otro grupo indica que ahí es donde colocan su mercado, y que el espacio se encuentra en malas condiciones, además de que resulta indispensable cuidar el templo.

Ambos grupos se han acercado al INAH, declaró al ahondar que el Instituto procura generar acciones conciliatorias, pero que son los propios habitantes quienes deben llegar a un acuerdo para que las obras se efectúen, de ahí que el Instituto ha tratado de fomentar los acercamientos entre ambas partes.

Resulta necesaria la intervención, declaró, al ahondar que incluso habitantes han puesto mano de obra para estabilizar la torre de la iglesia.

“Tiene un proyecto, el presidente municipal, para la construcción de unas mejoras en la plaza que rodea al templo y, por otro lado, el templo, que es de los más antiguos y de los más valiosos que tenemos en Querétaro, pues tiene una situación estructural un poco delicada, la torre está dañada”.

Precisamente para intervenir la torre es que el INAH ingresó una solicitud de recursos al Gobierno Federal, mientas que el gobierno de Amealco solicitó a la federación recursos para intervenir la plaza.

Lo cierto, continuó, es que se requieren acciones para proteger a ese monumento histórico, al que le afectan la humedad, el nivel del piso de la explanada, la condición del drenaje, las jardineras y los árboles que, al estar estos últimos contaminados, también afectan al templo.

En el caso del INAH, se solicitaron recursos de la bolsa que se generó para intervenir monumentos tras los daños que causó el terremoto de septiembre de 2017.

Confió, por último, que las mesas de diálogo entre los habitantes, en las cuáles no participa el INAH, llegarán a buen término.

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