Capítulo 6

Esa noche bebimos de más. ¡Tenía mucho que no vivía así! Elisa era la intensidad, ambos formábamos la fiesta, la luz, la comedia, la vanidad, el poder, la risa. Bailamos toda la noche, nuestros pies quedaron destrozados. Ella no quiso quitarse las zapatillas y las llevó dignamente y con dolor hasta la habitación. Se acostó boca arriba mientras reía de todo el sin sentido que platicábamos, yo, como pude, le quité las zapatillas y acaricié sus pies.

“Bésame, bésame muy fuerte”, dijo incorporándose y desabotonando mi camisa. La besé con todas las ganas, y supe entonces lo mucho que me deseaba. Bajé suavemente el vestido que minuciosamente había elegido para ella, dejé que la luna invadiera su desnudez. Ella pasaba su lengua con desesperación por mi cuello, sus manos quitaron el cinturón con rapidez, resbaló mis pantalones y ahí estaba yo, de pie, siendo devorado a besos, escuchando su respiración, sintiendo el ardor de su piel, entonces la tomé y compartimos un lenguaje obsceno y violento. Me suplicaba que le dijera que era suyo y se lo gritaba con toda sinceridad ¿De quién más podría ser? Ella suspiraba, se aferraba a mi espalda y más de una vez nos miramos a los ojos, aunque eso estaba prohibido en el acuerdo estipulado.

—Son muchos, muchos los que quisieran estar aquí, pero eres mía, aquí y ahora. Dime sus nombres, dime quiénes son —le dije en un arrebato de celos, de rabia mientras la tomaba con dureza, su rostro en la mano para que me mirara fijamente.

—No hay nadie —respondió con ternura.

Ella sabía que era deseada por tantos, pero Elisa me amaba, lo sentía, en cada beso, en cada sonrisa, en cada caricia, no puedes fingir un amor que no existe. Sé que a ella le gustaba, tanto como a mí, el juego de sabernos y sentirnos deseados por otros, pero la realidad de sabernos y sentirnos nuestros siempre.

Terminamos juntos, ella exhausta en mi pecho.

—Eres una reina.

—Y tú un caballero —finalizó y se quedó dormida.

Alma llegó a mi vida para llenarla de belleza y sonrisas. La he amado como no he amado a nadie en toda mi vida; la he cuidado, la he comprendido como nadie más lo ha hecho, la he defendido incluso cuando no debería hacerlo.

Sé que le ha dado por escribir sobre mí y esa es la forma en la que sé que me extraña. Pero la situación de estar dividida por Elisa tenía que parar, ¿dónde empieza Alma y dónde termina Elisa? Alma no ha querido ponerle fin a lo que ella argumenta como “necesario e imposible de romper”, entonces me fui. Ella tiene que entender que no necesita a Elisa para ser la brillante artista que es, no la necesita para vivir, para sentir, para crear.

Después de la novela de Alma, soy una figura que causa curiosidad; me fotografían en las calles, llaman para hacer entrevistas, tengo una serie de facebooks falsos, un club de fans, un club que me desprecia. “Mi vida con Juan Carlos Albarrán” ha sido un fenómeno. Hoy he accedido dar una entrevista.

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Buen día, muchas gracias por recibirnos, sabemos que es una persona ocupada e importante, reitero nuestro agradecimiento. La finalidad es que nuestros lectores puedan conocer más sobre usted y la relación que tiene o tuvo con Alma De Sande. ¿Puede comenzar con su nombre y edad?

Mi nombre es Juan Carlos Albarrán, tengo 53 años y he accedido a dar esta entrevista como única ocasión, para aclarar detalles sobre mi persona, limpiar mi nombre, pero sobretodo con la esperanza de que Alma lea esto algún día.

¿Cuál es la idea de felicidad perfecta para usted?

Hacer lo que amas, con pasión.

¿Cuál es su gran miedo?

Alguna vez Alma me preguntó lo mismo y le dije que no le temía a nada. No nos conocíamos lo suficiente para que supiera que una vez me perdí en el mar con mi mejor amigo y me dio miedo que él no pudiera llegar a la isla… Me da miedo que le pasen cosas malas a las personas que amo.

¿Con qué figura histórica se identifica más?

Con Gengis Kan.

¿Cuál es su mayor extravagancia?

No soy una persona extravagante.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de sí mismo?

Puedo llegar a ser hiriente, distante.

¿Cuál considera la virtud más sobrevalorada?

La humildad.

¿A qué persona con vida desprecia?

A nadie.

¿Qué es lo que más le gusta de su aspecto?

Mis ojos, Alma siempre los consideró como algo bello.

¿Cuál es su mayor pesar?

No haber hecho o dicho algunas cosas que se debían hacer o decir en su momento. Eso me ha traído pérdidas y una profunda tristeza.

¿Cuándo y dónde ha sido más feliz?

Son muchos los momentos de felicidad que he tenido en la vida. Mi trabajo me hace feliz, ganar me hace feliz, anotar un gol me hace feliz. La mirada y sonrisa de Alma, a cualquier hora del día, me llena de luz.

¿Qué o quién es el gran amor de su vida?

Mi trabajo y Alma.

Si pudiera cambiar una cosa de sí mismo, ¿qué sería?

Las horas de sueño, agregaría una o dos.

¿Cómo conoció a Alma?

Muy poco tiempo después de habernos conocido, noté una mirada y un semblante muy diferente, contrario al de Alma. Se presentó conmigo y durante mucho tiempo no la volví a ver. Después de la situación con Fátima, Elisa se hizo cargo de la situación. Debo confesar que también me sentí cautivado por ella, por su determinación y fortaleza, pero nunca llegué a amarla. Por el contrario, ella sí llegó a enamorarse y hoy en día es lo que se opone entre Alma y yo. El amor de Elisa es asfixiante, tóxico, falso.

¿Cómo se siente en este momento Juan Carlos? ¿Quiere hacer una pausa?

Estoy bien. No es necesario.

Si pudiera elegir reencarnar, ¿en qué sería?

No creo en la reencarnación, creo que una vez que mueres, no existe más nada. Si pudiera cambiar la elección entre reencarnar y ser inmortal, elijo sin dudar la segunda. Quiero ser eterno.

¿Qué considera como la mayor expresión de miseria?

El maltrato animal.

¿Dónde le gustaría vivir?

En Lucerna, Suiza

¿Qué cualidad aprecia más en un hombre?

La lealtad, cuento con ella en mis amigos.

¿Y en una mujer?

La ternura, Alma es ternura.

¿Y en Elisa?

Ambición. Y no lo digo de una manera negativa, Elisa es ambiciosa, siempre busca lo más.

¿Cuál es su pasatiempo favorito?

El deporte y el canto.

¿Qué es lo que menos le gusta del mundo?

La contaminación y la insensibilidad del hombre ante el dolor y el maltrato animal

¿Tiene algún lema?

“Lo quiero y lo merezco”.

¿Algo que quiera decir?

Si hay algo que sepa, como la certeza de que voy a morir, es que la mujer de mi vida es Alma y la amo.

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