Luego de tres años de trabajo, la compañía de teatro Obertura de la Universidad Anáhuac campus Querétaro —a través de su departamento de Arte y Cultura—, develó una placa para celebrar la puesta en escena del musical “Una vez en la isla” y reconocer la labor de los universitarios durante todo este año.

En esta ocasión, el Museo de la Ciudad fue el recinto escogido para la ceremonia y el gran cierre de la segunda temporada, de la cual dos de sus funciones fueron realizadas a beneficio de la Fundación Soffy; una organización altruista que desde 2012 apoya a pequeños con insuficiencia renal.

Previo al acto oficial, en la que estuvieron presentes funcionarios de las secretarías de Cultura y de la Juventud, así como autoridades universitarias, la compañía deleitó al público con la presentación de esta comedia musical, escrita en 1990 por los compositores Lynn Ahrens y Stephen Flaherty, y llevada por primera vez a los escenarios de la llamada “meca del teatro musical”, Broadway.

Magia en escena
Magia en escena

Se trata de la historia de Ti Moune, una campesina huérfana del archipiélago de las Antillas, que se enamora perdidamente de un terrateniente de ascendencia francesa, llamado Daniel Beauxhomme. Durante la trama —en la que se advierte la tragedia shakesperiana de “Romeo y Julieta”—, la joven decide traspasar, con el poder del amor, los límites entre ambas clases sociales.

Para este proyecto, Obertura creó un escenario de 360 grados que permitió al público tener una perspectiva más amplia de las actuaciones, y diferentes ángulos del escenario, cuya edificación fue realizada a base de arena y demás aditamentos inspirados en el Caribe.

La dirección estuvo a cargo de Francisco Dávila, quien durante la develación, junto con Estefanía Chávez, directora musical; Ricardo Platas, director coreográfico, y Lupina Escobedo, productora ejecutiva, reafirmó su compromiso con la formación integral de los universitarios, a través de diversas actividades artísticas y culturales, que permitan a la comunidad estudiantil proyectar el trabajo y los valores de la Universidad Anáhuac, hacia el exterior.

“Hace tres años, cuando la institución me invitó a dirigir “Chicago”, me di cuenta que en la Anáhuac había un talento fuera de serie. No me había tocado ver en otra casa de estudios a chavos tan talentosos y comprometidos. A partir de esta experiencia, decidí impulsar una compañía a la que llamamos Obertura, como las famosas introducciones en las obras musicales largas”, recordó Dávila.

Magia en escena
Magia en escena

Debido a la falta de escuelas especializadas en comedia musical, durante su juventud, el director decidió emigrar a Estados Unidos para inscribirse en The American Musical and Dramatic Academy, donde se especializó en este arte. Al graduarse optó por regresar a su país para participar activamente en varios proyectos artísticos, hasta convertirse en docente y promotor de la comedia musical en México.

“Hay mucha gente que está muy interesada en hacer teatro musical, pero no existen los espacios donde se puedan formar profesionalmente, y tampoco se ha difundido mucho acerca de este arte. Lo que buscamos en la Anáhuac, por medio de esta compañía, es cautivar al público a través de historias como estas, para demostrar que los musicales no son aburridos; al contrario, es el arte más complejo y demandante, porque además de actuar, el artista tiene que saber cantar y bailar”.

Así mismo anunció que a través de la Red Anáhuac y gracias al éxito que ha tenido la compañía, ya cuentan con un nuevo proyecto de presentarse en otras universidades hermanas.

arq

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