Desde Vlad Tepes, hasta Tlahuelpuchi, La vampira de Tlaxcala, pasando por Richard Chase —El vampiro de Sacramento, un asesino serial—, se podrán conocer desde este día en el Centro Cultural Manuel Gómez Morín, en una exposición en la que se mezclan mitos con casos reales de vampirismo o esta fascinación por la sangre.

El “anfitrión” de la exposición es el mismo Drácula, en la versión de Francis Ford Coppola —que fuera interpretado por Gary Oldman, en un filme de 1992—. Una réplica tamaño natural recibe a los visitantes. Es el primer “susto” de la exposición.

Luego, una muestra de cadáveres y las diferentes formas de descomposición de los mismos, pues siglos atrás, la momificación o la falta de degradación de los cuerpos era señal inequívoca de que esa persona era un no muerto.

Luca Pianesi, de origen italiano, encargado de “Exposiciones sin fronteras”, trae esta muestra itinerante desde Italia, dice que esta exhibición nace en aquel país en 2004, a iniciativa de un grupo de historiadores, investigadores, así como científicos, todos con un tema en común: la pasión por el fenómeno de los vampiros.

“Es una exposición que toca el tema del vampirismo. Es la única exposición del mundo sobre el vampiro, y trata sobre este fenómeno que se dio a principios del siglo XIX en Europa, cuando hubo una gran epidemia. De ahí surgió este interés por saber cuál era la verdad, cuál era real y cuál el mito. Hay vampiros en todo el mundo.

Entonces, en este recorrido la idea es dar al visitante más información sobre este tema y despertarle la curiosidad de ir investigando. Se visita con un audífono, con un audioguía que va narrando punto por punto.

Durante este paseo por la historia de los vampiros, señala, se explican los casos que se consideraban extraños, como los casos de algunas enfermedades, los grados de descomposición de los cadáveres cuando eran desenterrados por diferentes circunstancias. Se muestran casos de vampiros en lugares tan distantes como Japón, América, incluyendo México, con el chupacabras, y la Tlahuelpuchi, La vampira de Tlaxcala, que, dice la leyenda, se alimenta de la sangre de los niños, principalmente de los recién nacidos, aunque de vez en cuando un adulto podía ser parte de su alimentación.

“Por cada vampiro una pequeña historia. Cómo nace y cómo se supone que se pueda matar. Lo interesante es que es una fusión de leyendas, mitos, y algo de realidad. Luego hay una sección dedicada a la literatura con “Drácula”, el libro de Bram Stocker, que abrió la puerta a todas las que vinieron después”, asevera.

En esta exposición no podía faltar uno de los vampiros más emblemáticos y que hasta la fecha sigue causando miedo entre la población: Nosferatu. Quizá la primera representación de un vampiro en el cine, inmortalizado por el director alemán, Friedrich Wilhelm Murnau, en 1922. Luca narra una anécdota: recuerda que hubo en desencuentro entre Stocker y Murnau, y éste último quemó todas las copias de la película, pero se salvó una, que es la que sobrevivió y que se puede apreciar ese filme hasta la fecha.

Leyendas de vampiros hay desde Australia hasta Europa, pasando por Indonesia, donde su vampiro se quita la cabeza y sale con sus visceras a buscar víctimas. La forma de acabarlo es llevándolo a un bosque, donde las romas y las espinas perforen sus intestinos y mueran.

Una parte más lúgubre, son los casos de los “vampiros” reales, como el caso de “El vampiro de Sacramento”, asesino serial que mató al menos a seis personas, en la década de los setenta del siglo pasado, así como “La vampira de Barcelona”, Enriqueta Martí, acusada de dar muerte a un número indeterminado de niñas y niños, aunque sólo se pudo comprobar un crimen.

Los vampiros, dice Luca, siguen siendo un fenómeno muy vivo, siguen llamando la atención y curiosidad de la gente, “hay culto de la sangre, club de vampiros, gente que se viste de vampiros, es un tema muy actual, tanto por el cine que ha fomentado el interés, pero es al final este romanticismo (del vampiro). ‘Drácula’ es una novela romántica al final, por esta idea del amor eterno, de amor que gana sobre las tinieblas”. A los comunes mortales siempre les ha interesado esta idea de la inmortalidad y el amor.

La exposición, que ha estado en Italia, España y en varias ciudades de México, despierta reacciones positivas, pues no asusta, al contrario, el visitante se va con más información —desde el romántico de los vampiros, como el que tiene un pensamiento más científico—, que podrán encontrar las explicaciones fundamentadas en la ciencia, y las enfermedades que se pueden confundir con el vampirismo.

“La vampira de Venecia”, que se descubrió hace unos años en esa ciudad. Su cráneo tenía un ladrillo en la boca, pues antes se creía que los vampiros, al tener algo no comestible en la boca, no podían salir de sus tumbas a buscar a los vivos. Pero el descubrimiento, haya sido vampira o no, demuestra que existía la tradición del ladrillo en la boca.

No podía faltar Vlad Tepes, “el empalador”, en una figura a caballo tamaño natural, y que dio origen a la leyenda y que en su país es considerado héroe nacional en Rumania, por contener el avance otomano.

Luca agrega que cuando la exposición estuvo en Taxco, Guerrero, las mujeres encargadas de la limpieza del recinto descubrieron huellas de caballo en la sala. El único caballo es el de Vlad, además de encontrar tierra en diferentes partes. Los no muertos están aquí.


EL DATO

- La muestra estará abierta de lunes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.

- El costo de acceso general es de 50 pesos.

- Sólo se permitirá la entrada a mayores de 15 años.

Google News

TEMAS RELACIONADOS