Don Paco Rabell, Paco, simplemente, o Cachún, sobrenombre que le dieron sus nietos, es como se le reconoce a Francisco Rabell Fernández, decano del teatro en Querétaro, pionero de las compañías independientes en la ciudad, director de escena, primer actor, gran hombre, entrañable persona y por supuesto, un personaje único, siempre con una sonrisa para compartir con todos.

A Rabell se le recuerda como  actor fundador de los Cómicos de la Legua, agrupación donde aprendió la fascinación del teatro.  Y el 19 de diciembre de 1980, junto a su esposa Anita y sus hijos, abrió su propio teatro, que bautizó con un nombre tradicional: Corral de Comedias. Un sueño, una aventura, así es como don Paco describió su compañía y espacio, a donde llegaron actores y directores de trayectoria nacional e internacional a pisar su escenario, o a ocupar una silla como espectadores, “en ambos lados se disfruta”, decía con gran razón don Paco. 
El lugar también se convirtió en un semillero de actores y directores que hoy lideran la escena queretana. Así que Paco no sólo fue amigo, también fue maestro de varias generaciones.

Su género favorito era la comedia, “lo que más me gusta es reír y, claro, que la gente se ría. Ver el teatro lleno y toda la gente riendo, es hermoso, hermoso, como no tienen idea”, dijo el actor en entrevistas previas con EL UNIVERSAL Querétaro.
Ayer, la misma compañía Corral de Comedias, que ahora está en manos de Diego Rabell, anunció el deceso de su director fundador, don Paco Rabell: “Con profundo dolor en nuestro corazón informamos el sensible fallecimiento del Gran Paco Rabell. La mañana de este viernes 4 de diciembre, tranquilo en su cama".

“Quiero dedicarme al teatro” 

Francisco Rabell Fernández nació en Cadereyta, Querétaro, el 23 de septiembre de 1934, descendiente de una familia catalana, su abuelo fue el primer presidente maderista de este municipio y su padre, Luis Rabell, ocupó ese mismo puesto político; don Paco también tomó en varias ocasiones el cargo de presidente municipal, pero sólo como actor, en la obra de teatro El Extensionista y en la telenovela El Padre Gallo, platicaba entre risas el actor y su risa era contagiosa.

Por insistencia de su padre, el inquieto Paco ingresó a la carrera de Derecho Penal, cuando la familia Rabell ya radicaba en la ciudad de Querétaro. A la par de sus estudios practicaba con  destreza la natación, también se dedicaba  “a hacer bromas, a vacilar, a contar cuentos”.

A Querétaro llegó un hombre con ideas revolucionarias, Hugo Gutiérrez Vega, que invitó a los universitarios a una academia de oratoria.

“Yo estaba interesado en la política y me interesaba mucho la oratoria y me inscribí; como a las tres o cuatro clases dijo (Hugo): ‘Señores, vamos a hacer un grupo de teatro’. La idea original era formar una agrupación viajera. Yo oí viajes, y dije: Yo”. Además de recorrer los municipios de Querétaro y  varios estados de la República Mexicana, comenzaron sus giras por el extranjero.

“Al principio lo tomaba como una broma, una vacilada y me encantaba hacer repelar a Hugo”.

Como abogado penalista, don Paco  atendió sólo un caso y lo ganó. Pero al terminar sus estudios dijo a su padre que no iba a ejercer la carrera para entregarse al teatro, su padre le contestó: “entonces, ¿para qué estudiaste?”, contaba inundado de risa.
En los Cómicos de la Legua, donde duró 20 años, también trabajó Ana María, esposa de Paco Rabell. El 19 de diciembre de 1980, Anita y Paco abrieron el Corral de Comedias en el número 39 de la calle Venustiano Carranza, en el barrio de La Cruz del Centro Histórico  de Querétaro, en la misma casa donde Paco  llegó a vivir años atrás con sus papás y hermanos.

“Paco Rabell, siempre te admiré, desde mi niñez, pero mi admiración creció en verano de 1980 cuando te encontré en mangas de camisa clavando las maderas del tapanco de lo que sería tu novedoso Corral de Comedias sin ningún apoyo oficial, habiendo quemado tus naves en Cómicos de la Legua”, compartió el cronista de Querétaro,  Andrés Garrido del Toral, al enterarse del fallecimiento del decano del teatro en Querétaro.

El Corral de Comedias ha viajado por México y Europa, tiene en su repertorio más de 80 montajes de géneros como comedia musical, zarzuela,  teatro político, teatro clásico español, clásico inglés y dramas. También se hermanaron con el Corral de Comedias de Almagro, España.

Para el 19 de diciembre de 2020, después de nueve meses en pausa, se tenía programada la reapertura del espacio. Con el escenario listo, las luces encendidas y la algarabía del público, planeaban festejar su cuadragésimo aniversario. Pero días atrás pospusieron la reapertura. Ahora quedará pendiente también un homenaje al actor, al director, al visionario que creó con su familia una compañía de teatro reconocida a nivel nacional e internacional.

Desde hace varios años, Diego Rabell, nieto de don Paco, es el director del Corral de Comedias, el mando fue entregado por el propio fundador de la compañía, con una consigna: que el Corral siga con su historia de teatro.

“Yo lo que quiero es que siga el Corral, desde luego que siga, para mí es lo máximo que esto se conserve como teatro”, expresó don Paco Rabell, en la última entrevista que concedió a EL UNIVERSAL Querétaro.

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