Rescatando algunos versos del gran tlatoani Nezahualcóyotl, la Catrina de Erik de Luna se pone a filosofar sobre la muerte y la vida. Con su ya característico estilo, tocando temas contemporáneos de la vida cotidiana, sociedad y política, Erik presenta en Cómicos de la Legua el espectáculo Nezahualcóyotl, flor y canto, que cumplió su segunda semana de funciones con gran éxito.

El show inicia con un glamuroso entremés, donde la protagonista es María Félix, La Doña, diva de la época de oro del cine mexicano, quien nos habla de sus muertos y amores, desde Agustín Lara, Jorge Negrete, hasta su hijo Enrique. En un entallado y elegante vestido negro, inicia el show, luciendo no bella, bellísima, dice la misma actriz, encarnada por Erik, quien sorprende al salir rápidamente al segundo acto con su maquillaje y vestuario de Catrina Mexica.

De Luna estudió códices prehispánicos y crónicas que le permitieron recrear la atmósfera del México antiguo. La estética está basada en el jaguar, animal nocturno que tiene una asociación con el mundo de los muertos.

Se crearon cuatro chimalli (escudo) hechos a la usanza antigua, con plumas de diferentes aves; los penachos que porta Nezahualcóyotl, también son dignos de admirar. En su reciente visita a Viena, Erik fue al museo donde resguardan el penacho de Moctezuma, y en su nuevo espectáculo se ve una pieza con un gran aparecido, hasta el mismo actor bromeó antes de iniciar la temporada, diciendo que si veían el tocado de plumas de su Nezahualcóyotl, dirían que se había robado el original de Moctezuma.

Román Iván Gómez y Eduardo Aguilera, interpretan al gran tlatoani, en su versión juvenil y adulta, ambos recitan celebres poemas, incluso en náhuatl.

Nezahualcóyotl “de niño vio cómo detrás de unos matorrales mataron a sus padres… como Batman”, dice la Muerte y las risas se vuelven estruendos. En su obra literaria, el tlatoani habla de inmensas riquezas, y con su personaje, Erik cuestiona cómo sería hoy la vida de aquel poeta prehispánico, con tanto pago de impuestos.

En los billetes de 100 pesos, aparece un fragmento del  poema  atribuido a Nezahualcóyotl: “Amo el canto del cenzontle/ pájaro de cuatrocientas voces/ Amo el color del jade/ y el enervante perfume de las flores/ pero amo más a mi hermano: el hombre”.

“Nezahualcóyotl se hubiera vuelto a morir si hubiera nacido en esta época de reggaetón”, dice la Catrina. Y reconstruye el poema a las verdades en las que hoy vivimos. “Amo el canto de Maluma, amo el humo de los camiones y el tráfico en 5 de Febrero, pero amo más a la quesadilla… con queso”.

“Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?”, con este verso Erik de Luna inicia una compleja reflexión filosófica sobre aquellos lugares que permiten la iluminación divida. También cuestiona: ¿A dónde se va después de la muerte? ¿Cómo será el lugar de los descarnados? ¿El más allá? ¿El otro mundo? ¿La eternidad? La eternidad, que es muy similar a los pagos de una casa.

Así, entre verdades y risas, la Catrina nos cuenta la historia de Nezahualcóyotl, el arquitecto, el estadista, el poeta que a su muerte salió envuelto en petate y varas; un personaje histórico que hoy pocos reconocen, aunque carguen en sus carteras un billete con su rostro.

La música destaca en este montaje, porque son instrumentos de origen prehispánicos, como el ayacaxtli (flautas), huéhuetl (tambor) y el chicahuaxtli (palos de lluvia), los silbatos zoomorfos y hueseras.

Las funciones continuarán 8, 9, 10, 15, 16, 17, 22, 23 y 24 de noviembre; los jueves la entrada general es de 200 pesos, y todos los días los boletos de gayola tienen un costo de 100 pesos.

cetn

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