¿Quién conoce mejor la historia de un pueblo?, pregunta Cyntia Venegas. “La gente mayor, los abuelos que fueron testigos de algunos hechos y escucharon de sus padres lo que vivieron ellos y también sus antepasados”, responde la experta en comunicación y gestión cultural. Con esta idea, Cyntia, junto con un equipo de colaboradores, comenzó en Corregidora el proyecto titulado El teatro de El Pueblito, para promover entre adultos mayores, pero sobre todo en los jóvenes la importancia de la memoria histórica de este sitio tan popular en Querétaro.

El proyecto se realizó con tres grupos, uno integrado por adultos mayores, en donde a través de talleres de historia sobre Corregidora, los hicieron recordar cómo era el sitio donde hoy viven, evocaron recuerdos de infancia y adolescencia, de su andar entre los campos que hoy ya no existen, y detallaron los cambios que han sufrido las calles del lugar, los rostros y voces de los habitantes; con los relatos de los abuelos, un grupo de adolescentes, de entre 13 y 17 años, comenzó a escribir un texto, mientras otro equipo de jóvenes trabaja en llevar a escena esa historia, para presentarla como una obra de teatro, sobre la historia de El Pueblito.

“El principal objetivo es promover la importancia de la memoria histórica de Corregidora, específicamente de El Pueblito, en adolescentes, para que a través del conocimiento que tienen los adultos mayores, conozcan la historia del lugar donde viven, y así como valoran la parte histórica, también valoren a los adultos mayores”, explica Cyntia en entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro.

La historia es parte del legado de una persona, “por eso es muy importante conocerla y valorarla, porque al final de cuentas es un patrimonio histórico que puede seguir prevaleciendo en otras generaciones por el hecho de que ellos, los abuelos, nos cuenten sus historias de viva voz, ¿cómo era antes el pueblo?, ¿porque son ahora las casas así?, son muchos datos que no están en los libros”.

Los jóvenes que participan en el proceso de escritura, detalla Cyntia, se sorprendieron al conocer los relatos que contaron los adultos mayores que participan en el proyecto, y eso es uno de los objetivos del proyecto.

“Es muy importante poder valorar a nuestros adultos mayores, porque a partir de ellos vamos mapeando muchas cosas de nuestra historia, específicamente de nuestra familia, pero además de eso, también se puede disfrutar la plática de la gente mayor, porque siempre nos está enseñando algo, y en este mundo de tantas redes sociales que nos está alejando de la cercanía de nuestra familia, sí existe una falta de espacios para que los adultos mayores no solamente puedan hacer activación física, sino para escucharlos y que se sientan valorados”.

Cyntia Venegas es comunicóloga audiovisual y realizó su servicio social en Tepito, con niñas de 7 a 17 años que vivían un proceso de recuperación de calle (víctimas de trata, abuso sexual, violencia), desde ahí comenzó también su labor de gestión cultural.

“La experiencia fue muy grata y desde ahí comencé a entender la importancia que tiene el trabajo con niños y jóvenes, trabajar con honestidad y respeto; con María Martínez, quien lleva el taller de teatro en el proyecto de El Pueblito, los chicos aprenden a través del teatro a estructurar, también conocen la importancia de tener memoria, un legado y valorar nuestro patrimonio, y ellos se han sorprendido de sus capacidades y de escuchar las historias de los abuelos, de cómo eran los lugares donde actualmente viven o van a la escuela, están interesados, es una manera bonita de promover el tema de la historia, su historia”, agrega.

Además de María Martínez, Nuria G. Arellano y Andrés Chávez conforman el equipo de trabajo del proyecto El teatro de El Pueblito, que fue beneficiario del Programa de Apoyos a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) 2018.

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