A campo abierto, cientos de familias se reunieron durante el primer día de la cuarta edición del Festival Nacional de Papalotes, para volar coloridas y portentosas cometas, con ayuda de las ventiscas de Tequisquiapan.

Al interior de la Cava de Quesos Bocanegra se instalaron diversos puestos de comida y bebidas para toda la familia, así como tenderetes especiales donde se ofertaron desde refrescos y cervezas artesanales de la región, hasta vinos queretanos producidos por Finca Sala Vivé by Freixenet, Cavas Donato, La Redonda, Vinícola Tequisquiapan y Bodegas De Cote.

Entre adivinanzas y divertidas frases temáticas como “Deja de andar papaloteando. Atte. Tu madre”, los asistentes captaron divertidos momentos con sus cámaras y disfrutaron de sus respectivos banquetes sobre los amplios pastizales de la cava, empleando para ello cobijas y sarapes, y hasta sombrillas colosales que les permitieron resguardarse del sol invernal.

En este ambiente, y para aliviar el calor, algunos se despojaron hasta de sus zapatos y calcetines, mientras que otros, aprovechando el concepto pet friendly del festival, se dedicaron a correr velozmente sobre los campos, sosteniendo con una mano el hilo del papalote y con la otra, la correa del compañero canino.

“Antes había un terreno cerca de la casa, y ahí solíamos ir a volarlos (los papalotes). Pero ya después empezaron a construir casas y a pasar más coches en las calles, y terminamos dejándolos ahí arrumbados”, lamentó Joan, un pequeño de 10 años, quien junto con su abuela Susana Serrano, asistió a este festival.

Con paciencia y una sonrisa amable, la sexagenaria compartió con su nieto el secreto para volar su cometa. Mientras desenredaban el hilo y esperaban la llegada de un nuevo ventarrón, Susana le contaba al pequeño que cuando ella tenía su edad, allá en los parques de Azcapotzalco, junto a sus seis hermanos, competía contra sus vecinos para tener no sólo el papalote más bonito de la cuadra, sino el que volara más alto.

Entretanto, algunas bandas queretanas como Andy Rock amenizaron la tarde con su música, y cada hora se impartió el taller artesanal de papalotes, donde el staff del festival mostró a las familias el paso a paso para la elaboración de sus propias cometas.

“Es un evento que ha sido creado para el disfrute de toda la familia. El protagonista es el papalote, un juguete tradicional que no sólo estimula la convivencia, sino que también permite echar a volar la creatividad y que los papás participen en estas actividades, trayendo a sus hijos para que conozcan cómo se vuela un papalote y cómo se hace; la idea es que ellos también sean arquitectos de sus propios diseños”, dijo Adolfo Barrón, agente de la tour operadora Viajes y Enoturismo, quien junto con el director de la Cava de Quesos Bocanegra, Iker Pedrero, hace cuatro años sumó este festival a la Ruta Arte, Queso y Vino de la entidad.

Durante este primer día, el Museo México ¡Me encanta! participó con la exposición de algunas de sus piezas en miniatura sobre las costumbres y tradiciones del país, y asistieron los colectivos de artesanos “Volarte” y “Más allá del viento”; dos agrupaciones culturales de Puebla y Tlaxcala, que además de construir papalotes monumentales, actualmente se dedican a promover la técnica para la elaboración de este juguete tradicional.

cetn

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