“Que ninguna familia tenga que enfrentarse a una circunstancia como esta”, dijeron los familiares del violinista Francisco Muñoz, quien falleció el pasado 24 de diciembre, a causa de una herida que le provocó un hombre que, hasta el momento, se desconoce su paradero. El padre del músico, de nombre también Francisco Muñoz, exijió justicia, “no pido ese silencio perverso y enfermizo para ocultar las cosas y decir que no pasa nada en Querétaro, sí pasan, ¿cuántos Franciscos habrán y no tienen voz?, ¿cuántas personas más estarán padeciendo lo mismo que nosotros?”.
Al agresor, otro familiar del músico, solicitó que “se acerque, no estamos buscando venganza simplemente queremos tener una resolución a esto, entender por qué (…) no te vamos a señalar, acércate, tengamos la capacidad de hacernos responsables de los actos”. Y comentaron que no quieren un trato especial, “sino el tratamiento que cualquier persona merece por derecho”.
Fue en Galería Libertad, recinto en el cual se presentó el músico en varias ocasiones, donde se convocó a la comunidad artística para hacer el pronunciamiento por el asesinato del violinista, compositor, docente e incansable gestor cultural queretano.
Sus amigos y colegas solicitaron justicia, el debido seguimiento a la investigación, indemnización para su hija, una menor de edad, y la garantía de seguridad para todos los ciudadanos y para la comunidad cultural de Querétaro que transita por el Centro Histórico, quienes trabajan en templos, restaurantes y teatros, en horarios que se extienden hasta la noche, y por lo mismo están expuestos a la inseguridad que se vive en la ciudad.
Francisco Muñoz, aproximadamente a las 00:40 horas del 24 de diciembre, iba transitando por la calle de Juárez, muy cerca del Jardín Zenea, Centro Histórico, cuando un hombre se cruzó a su paso y comenzó a retarlo, alegando que el músico lo había rozado (empujado). El hombre, con un arma punzocortante que hizo visible, lo hirió a la altura de la clavícula y huyó en seguida, según relató a EL UNIVERSAL Querétaro una persona que presenció todo el incidente. Aunque la policía llegó de inmediato, no hubo detenidos y dijeron que no podrían auxiliar al músico hasta que llegara la ambulancia, esa misma madrugada murió Francisco.
Ese 24 de diciembre no hubo Navidad para su familia, “hubo un funeral, un ataúd, despedimos a Paco con el dolor de nuestro corazón”, dijo la hermana.
Galería Libertad se llenó de amigos, colegas y alumnos del violinista. Una fotografía de Francisco sobre un atril, junto a su violín, hacían notar su presencia. Primero compartieron un video de una interpretación del violinista, quien lo mismo tocaba música barroca que composiciones contemporáneas.
Después, tomaron el micrófono amigos y músicos para recordar la labor del músico y también exigir justicia.
El músico y director de orquesta, Juan Carlos Malagón, dijo, “no nos quedemos en la exigencia judicial, o esta solicitud a las autoridades, la justicia para Paco va a venir de todos nosotros”. Pidió que los proyectos musicales que emprendió Francisco continúen, y agregó: “la justicia nos corresponde a nosotros como comunidad artística, la justicia completa vendrá cuando nosotros nos demos cuenta que al agresor le llegó más rápido un arma que un instrumento musical”.
El tenor Andrés Tapia pidió no politizar la situación para que no se le reste importancia, y además habló de la inseguridad que se vive en la ciudad.
“Ese dicho de que no pasa nada no es cierto, ni ahora ni antes, estoy seguro que el 80% de la comunidad artística anda por las calles cargando un instrumento musical que no cuesta 10 pesos, sólo nosotros sabemos lo que cuestan, y trabajamos en templos, restaurantes, teatros, salimos de los conciertos a las 9 o 10 de la noche, y siempre, de todo la vida, ha habido desde cristalazos hasta robo con violencia a nuestra comunidad, es importante que ya se visibilice esta situación”, expresó.
El compositor Juan José Bárcenas, con quien Francisco Muñoz fundó el ensamble Aleph, recordó a su amigo como un hombre cariñoso, risueño, comprometido en esta aventura de la música y el arte, “un hombre que procuraba constantemente a sus amigos. Y aunque no te podamos ver más, te quedarás en el corazón de todos nosotros. Justicia para ti, Francisco”.
Francisco Javier Muñoz Pérez nació en Querétaro, en noviembre de 1983. Fue violinista, compositor y arreglista, artista sonoro. Se desempeñó algunos años como maestro y director de cuerdas en la extinta Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca de Tapachula. Dentro de su formación artística estuvo bajo la tutela de grandes maestros como Sergei Gorbenko, Guillermo Villalobos, Ricardo Justiz, Víctor Rasgado, Jorge Ritter y el reconocido maestro Arturo Romero Fiddler.
Realizó conciertos con múltiples orquestas dentro y fuera del país. Con la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, la Sinfónica de Zacatecas, la Orquesta de Baja California, la Camerata Silvestre Revueltas de Zacatecas y el cuarteto de cuerdas Hathor; Obtuvo el primer lugar en el festival Internacional de Música de Cámara de Aguascalientes en 2010, y realizó una gira en Chicago, EEUU. Algunas de sus obras fueron elogiadas por compositores internacionales. Fundador y director artístico del Cuarteto de Cuerdas Magueyes, y en 2021 fundó la Camerata Bardi.
