Solo un minuto basta para descargar Tinder en cualquier smartphone. Al instalarse en el aparato, inmediatamente la persona ingresa sus datos, y el programa geosocial hace un cruce de información para llevar hasta los ojos de su nuevo usuario los perfiles más compatibles con el suyo.

Se trata de una de las aplicaciones de citas con mayor popularidad en el mundo, pues cuenta con más de 50 millones de usuarios y está disponible en 24 idiomas.

De acuerdo con Pilar Sáinz, psicóloga clínica egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, el uso esta herramienta en todo el mundo responde a las nuevas dinámicas sociales que se desprenden del modelo actual de organización neoliberal.

“Hay personas que lo utilizan porque tienen mucha carga de trabajo y poco tiempo para conocer a una persona nueva. Con esta herramienta no tienen que salir a esperar que suceda el encuentro, pues ya lo tienen pactado. Entonces se ahorran el trabajo de ir al café, al antro o a la plaza pública…”, explica Sáinz, quien con el objetivo de estudiar el impacto que tienen las nuevas tecnologías digitales en las relaciones sociales, actualmente realiza una investigación dentro de la maestría en filosofía contemporánea aplicada.

Su trabajo consiste en la revisión y el análisis de la práctica psicológica en la era del posthumanismo, un término filosófico que se refiere a la manera en que los humanos se construyen a sí mismos, empleando las herramientas tecnológicas y digitales a su alcance.

“Hay colegas que ya no van al consultorio, sino que utilizan el Skype o Whatsapp para atender a sus pacientes; esa es una forma muy distinta a lo que se ha venido haciendo en la psicología por años (…) Por eso, desde la filosofía, es importante plantear cómo los seres humanos continuamos construyéndonos como tales, pero ahora a través de los nuevos aparatos tecnológicos que tenemos, como los teléfonos inteligentes y las computadoras. Mi tema de investigación tiene que ver con ello, pero en específico, con la práctica psicológica mediada por una herramienta tecnológica.

La pregunta es: ¿De qué manera estamos participando (los profesionales de la psicología) en la construcción de un posthumano que va a terminar prescindiendo de nosotros y a hablar solo con Siri: ‘Siri, me siento triste’. Siri: ‘¡Ay, pues pobre de ti’, —risas—. (…) Aunque claro, yo no digo que no hagamos uso de la tecnología, solo digo que lo hagamos con un poco más de conciencia porque en el posthumanismo, desde una perspectiva neoliberal, las tecnologías trabajan con el inconsciencia de la gente y te pueden controlar”, advierte la especialista.

Bajo esta perspectiva es que Pilar ha hecho objeto de sus indagaciones otros temas de estudio, como Tinder, app de la que supo por algunos de sus pacientes.

“He tenido por ahí algunos pacientes, principalmente mujeres, que hacen uso de esta aplicación para conocer a otras personas. Ya sea porque debido a que son tímidos, miedosos y ansioso, les causa menos dificultad conocer a alguien nuevo a través de la pantalla. El problema es que llegan a sustituir el encuentro casual con alguien, con uno programado”, dice, y reconoce que también existen otras razones, como la experimentación y la falta de tiempo para cultivar nuevas relaciones.

En cuanto a esto último, la psicóloga afirma que en las sociedades consumistas los lazos sexo-afectivos son más efímeros, debido a las dinámicas actuales de vida y la facilidad que se tiene de saltar de una relación a otra, a través de estas herramientas que provocan, en la mayoría de los casos, menos arraigo y compromiso, contrario a lo que muchos esperan de estos encuentros.

“Es una forma muy concreta de hacer eficientes los vínculos bajo una lógica de la productividad, que se enlaza con el neoliberalismo y el posthumanismo (...) Aunque Tinder es gratuito y te puedes dar de alta fácilmente, si quieres acceso a más información y profundizar en los perfiles de tu interés, tienes que pagar, y así puedes llegar a tener hasta tres citas diferentes en un mismo día.

Realmente no sabemos bien cómo le vamos a hacer para quedarnos en relaciones de compromiso, ya no se viven como se hacía anteriormente; hay una necesidad profunda de amor, de compañía y de otras cosas, pero en la vida cotidiana ya no hay cómo sostener esas relaciones, porque además está tu trabajo, tus deseos individuales y parece que chocan con la vida en pareja”, agrega.

No obstante, Sáinz afirma que los usos de esta app pueden ser diversos. Por sus cualidades de georeferenciación —los algoritmos del programa facilitan al usuario la información de las personas más próximas en el mapa–, algunos viajeros la utilizan también para conocer a gente que pueda servirles de guías durante su estancia.

arq

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