Diego Rabell se toma un minuto y responde: “En una contingencia de este tamaño puedes tener muy alimentada a la gente, puedes tenerla sin problemas alimenticios, pero la gente termina necesitando el alimento del alma que es el arte”.

El director general del Corral de Comedias explica que, aunque a partir de hoy podrán trabajar con las medidas de sanidad ordenadas, ellos demorarán un tiempo más, pues deben preparar los programas y los espacios para regresar.

En la entrada del Corral de Comedias quedaron los programas de marzo pasado. Las presentaciones que realizarían durante ese mes quedaron suspendidas por la emergencia sanitaria derivada de la presencia del virus SARS CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19.

El tradicional lugar, situado en la calle de Venustiano Carranza, luce vacío. Por medio año las luces se apagaron, el telón se bajó y las risas del público no se escucharon. Ahora está en silencio. Así permanecerá un tiempo más, para preparar el regreso y ofrecer el espacio no sólo al teatro, pues la idea que tiene Diego y la compañía es albergar otras expresiones artísticas.

Indica que “la gente que nos dedicamos a la escena estamos acostumbrados a adaptarnos y esto de la cuarentena de casi cinco meses fue una muestra de ello, que por más que pudimos haber tronado, que nos pudimos haber desesperado o desilusionado del trabajo, al contrario. Mientras pasaban los meses, más ganas teníamos de regresar. Empezamos a tomar determinaciones trascendentales, no queríamos igual. Queríamos regresar mejor, y es lo que estamos haciendo”.

Apunta que la primera plantilla del Corral de Comedias son de 40 actores, que trabajan en diferentes montajes. Tienen una plantilla “B”, que son intérpretes menos experimentados, con quienes montan teatro para escuelas; son cerca de 100 histriones más el personal administrativo que labora en el lugar, así como en el café que forma parte del recinto.

Rabell explica que para quienes se dedican totalmente al teatro fue una situación complicada, pero por la forma en la que reclutan al personal, heredada de Cómicos de la Legua, compañía también fundada por Paco Rabell, es de buscar gente con talento aunque no hayan estudiado teatro, que puedan tener otras profesiones.

Dice que entre su personal tienen a médicos, abogados y arquitectos. En la compañía les dan las bases, que es lo más importante para un actor, y la experiencia de subirse a un escenario les da el conocimiento para la calidad de sus espectáculos.

“Tenemos gente que tiene 25 años trabajando para Corral, otros tienen casi los 40 que vamos a cumplir en diciembre y es gente que ha entendido bien la situación, ellos, es lógico, en sus profesiones fue menos duro el trancazo, entienden que es un ingreso que no van a tener, pero la mayoría de los ejecutantes de Corral lo hacemos por amor al arte y por unos centavitos”.

Indica que tienen mucho trabajo por hacer. Están cambiando la distribución, en madera, del espacio escénico, para hacerlo más atractivo para el público. El escenario creció. La parte técnica también aumentó, la isóptica de la gente, la forma de ver el teatro es mucho más pareja para todos los espectadores, es a “la italiana”, a diferencia del medio coliseo que tenían antes. Por ello van a posponer la reapertura.

“Vamos a integrarnos a apoyar a los que van a abrir, vamos a recomendar en nuestras redes sociales a los foros independientes que sí van a abrir. Ya tengo noticias de muchos que se van (abrir) hasta octubre, por lo mismo que tienen que adaptar sus foros a este 30%, tienen que cumplir con los protocolos que nos pidió la Secretaría de Cultura. Tenemos que prepararnos, tenemos cinco meses sin ensayos, eso es básico en el trabajo escénico… tenemos que agarrar ensayos y regresar lo más fuerte posible”.

El número de funciones no cambiará, viernes y sábado serán los días regulares, como desde hace 39 años y medio. El Corral de Comedias se abrirá a otras expresiones artísticas además del teatro.

Habrá danza contemporánea, una de las expresiones artísticas más afectadas por la pandemia. Las compañías de danza se llevarán su taquilla completa, pues quieren apoyar a la comunidad artística queretana, por lo que habilitarán espacios a manera de galerías para que artistas plásticos expongan su trabajo. También habrá espacio para la música y el séptimo arte, ya que planean hacer proyecciones de cine de arte. Son proyectos a corto y mediano plazo.

“La gente termina necesitando siempre el alimento del alma, que es el arte. Hay mucho material en internet de arte, pero la gente quiere venir a que le avientes la energía de la actuación, o escuchar una guitarra en vivo. Hay una cosa que dice, y me enseñó, mi abuelo: después de la tempestad el arte viene a llenar los vacíos que dejó esa tempestad. Siempre después de una crisis económica, o durante ésta, las artes escénicas tienen un año de vacas gordas. La gente necesita reír, divertirse”, puntualiza.

Google News

TEMAS RELACIONADOS