En el cine, la música suele jugar un papel importante, principalmente como apoyo a las acciones que vemos en escena. Pese a ello, existen distintos modos de utilizar la música en un contexto fílmico. Los directores de cine suelen elegir la forma en la que se presenta la música y como ésta se relacionará con la imagen en el transcurso de la película.

Para ejemplificar este hecho, elegí tres películas: “La comunidad del anillo”, de Peter Jackson, “Solaris”, de Andrei Tarkovsky y “Bad Boys”, de Michale Bay. Las escogí por el discurso sonoro que ofrecen, cada una con una distinta aproximación al uso de la música pero todas en favor de la imagen, basándonos un poco en lo que se habló sobre la historia de la música incidental hace unas semanas.

Para comenzar, la adaptación fílmica de “El Señor de los Anillos”, específicamente el primer filme de la trilogía. Para esta película se contrató al compositor Howard Shore, de modo que se escribió música específica para la cinta. Cuenta con 18 piezas, de las cuales la última “May it be” fue escrita por la cantante Enya. La primera pieza que escuchamos es “The Prophecy”, la cual suena desde el inicio de la película hasta el final de la batalla entre elfos y humanos contra las fuerzas de Sauron. En la parte de la batalla, la pieza se vuelve muy tensa y con una instrumentación que pretende acrecentar la batalla.

La letra de la pieza está escrita en sindarin, uno de los idiomas creados por J.R.R. Tolkien. La traducción dice: “El adivino habla, sobre los años oscuros, regresa al mundo el heraldo de la muerte. Escuchen, habla de aquellos que no nacieron para morir”. En estas palabras, la canción ya nos habla de los sucesos que pasarán en la película, el regreso de Sauron (...regresa al mundo el heraldo de la muerte) y la travesía de la comunidad del anillo (aquellos que no nacieron para morir).

Otro ejemplo, la pieza “The Council of Elrond” aparece cuando Gandalf y Elrond hablan en casa de Elrond sobre el destino del anillo, y comienzan a llegar los invitados. Termina cuando en una escena corta entre Boromir y Aragon reunidos en una sala, pero vuelve a sonar cuando Frodo pide que le permitan llevar el anillo a Mordor para destruirlo y se forma la comunidad, en esta ocasión la pieza suena completa.

Además de las piezas, Howard utiliza pequeños fragmentos musicales, motivos cortos también llamados leitmotivs, que son utilizados cuando se presentan escenas con ciertos personajes o con temas recurrentes. Por ejemplo, en el transcurso de las tres películas, al inicio cuando aparece el título de la película, se puede escuchar el tema “A One Ring”, que surge de la pieza “The Prophecy”. Este pequeño motivo representa al anillo de Frodo, y suele escucharse cuando en la escena ocurre un momento importante relacionado con el anillo. Este leitmotiv se escucha cuando Isildur toma el anillo después de cortarlo del dedo de Sauron, cuando Isildur muere y el anillo cae en el rio, cuando Bilbo lo encuentra por primera vez, cuando Frodo regresa de la fiesta y recibe el anillo como regalo y cuando Frodo se encuentra con Boromir y este le intenta robar el anillo, por mencionar algunos ejemplos.

Otros leitmotivs importantes en esta película son el de “Isengard”, que se escucha cuando aparece la locación de Isengard en pantalla, al igual que cuando aparecen orcos, el de “The Evil of The Ring”, que suena cuando se hace referencia a Sauron o a Mordor, y el de “The Fellowship”, que suena con mayor importancia cuando la comunidad se forma en casa de Elrond, pero se escucha en otras partes cuando se habla de la aventura o hay escenas que la representan. Los motivos que utiliza Howard derivan de las demás piezas que escribió para el filme.

Ahora bien, tomando de referencia la segunda película, “Solaris” está basada en la novela homónima escrita por Stanisław Lem. El guion fue escrito por Tarkovsky y Gorenshteyn. El compositor de esta película fue Edward Artemyev, y para ello utilizó un coral de J.S. Bach (“BWV 639”), llamado “Ich Ruf Zu Dir, Herr Jesu Christ” (A ti llamo, Señor Jesucristo) como motivo principal.

Este coral lo escuchamos a lo largo del filme en varias partes; Por primera vez al principio de la cinta, donde aparece el título, los nombres del director y los actores, después se vuelve a escuchar hasta la segunda parte de la película, cuando Kris le muestra un video grabado por su padre a Hari, cuando Hari y Kris se encuentran en la biblioteca y empiezan a flotar por la habitación para luego dar con una imagen de la atmósfera de Solaris, y finalmente suena al final del filme, cuando parece que Kris ha vuelto a la tierra pero en realidad se encuentra en Solaris. Este tema es utilizado para referenciar al planeta tierra, específicamente la vida de Kris con su familia. Tarkovsky además dice que utiliza esta pieza como una manera de representar la búsqueda de lo divino, esto, ejemplificado en la biblioteca, con Hari y Kris en un estado de gravedad cero que simboliza un estado de gracia.

En esta película, Tarkovsky deseó que no se utilizara mucha música, Artemyev usó entonces este coral para darle énfasis a estas partes de la historia, y escribió música ambiental, sonidos electrónicos para dar contexto a las escenas, por ejemplo, cuando aparece el planeta Solaris en pantalla, suelen escucharse esos sonidos electrónicos que traen al espectador a esa idea de un lugar extraño y desconocido por la ciencia. También cuando a Kris se le empiezan a aparecer visiones de Hari en la primera parte de la película, la música da una sensación de misterio, de incomodidad, reflejando el estado tenso de Kris. En otras partes, la falta de música funciona para crear tensión en la escena.

Finalmente, en la película “Bad Boys”, protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence, la banda sonora está hecha por música ya antes escrita que aparece en distintas escenas seleccionadas para usarse en el filme, sin embargo, tiene una música escrita por Mark Mancina que funciona como música ambiental para otras escenas.

La primera pieza de Mancina es el tema de “Bad Boys”, que aparece con el logotipo de la productora y termina con el título en pantalla, y vuelve a sonar en contadas ocaciones cuando Marcus y Mike se encuentran juntos haciendo su trabajo de policías. Por otro lado, la primera canción que aparece es la de “Boom boom boom” de Juster, cuando suena como alarma de Marcus. En esta cinta, vemos una clara distinción entre la música diegética y la extradiegética; la música de Mancina siempre se utiliza como extradiegética, mientras que las canciones a veces funcionan como diegética, otras veces sirven solo para dar un poco de contexto a la escena que vemos. Por ejemplo, cuando Marcus y Mike visitan a Max en el gimnasio, la canción “Shy guy”, de Diana King, funge un papel meramente ambiental, en la escena entre Marcus y Julie; cuando le pregunta sobre las fotografías de Mike, la canción “Someone to love”, de Jon B., funciona igualmente como música ambiental. En cambio, la canción “Bad Boys”, de Inner Circle, funciona como diegética cuando la escuchan Marcus y Mike en el auto, pero al final de la película, antes de que salgan los créditos, vuelve a aparecer ahora de forma extradiegética.

En conclusión, El uso de la música no es un método unilateral, sino que es muy amplio incluso dentro de un mismo género cinematográfico.. Cuando se piensa en una cinta, es importante tener en cuenta la idea sonora para que se adecue a la idea del filme, ya sea por su exceso de música, por la falta de esta, por el uso de leitmotivs, el uso de música diegética, entre otros aspectos. La instrumentación, el género musical, la longitud de las piezas, todo ello permite crear una mejor armonía entre lo que vemos en pantalla y lo que esperamos que el espectador sienta.

De este modo, podemos ver como se utilizan las piezas escritas especialmente para una película, que nos permite dar una idea específica de acuerdo a la obra, por otro, las piezas clásicas que se utilizan se deben adaptar a la pantalla de acuerdo a lo que se quiera lograr, ya sea reinterpretando la pieza o usándola como referencia a otra obra, tal y como se hace con la poesía y la pintura dentro del cine. Finalmente, las canciones modernas funcionan bastante bien para contextualizar al espectador dentro de un entorno que ya conoce, pues usualmente aunque desconozca la canción, le da una idea de lo que representa por la letra y el género de ésta.

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