Tres al capote en la tradicional corrida en la Santa María, la tarde del 25, un día después de la Natividad y con la resaca de la víspera.

Joselito Adame, Diego Silveti y Juan Pablo Llaguno en el ruedo. Entre buenas y regulares calificaciones para todos.

Plaza casi llena, no como antes, cuentan los que saben, que en otros tiempos hasta los pastores del nacimiento querían ir.

Abrió la jornada el rejoneador Andrés Rozo y los forcados de queretanos.

Una decena de bestias salieron al quite. Animales imponentes para algunos de los aficionados. Toros, algunos, con poca bravía, dijeron otros.

El rejoneador Andrés Rozo no se hace chiquito antes la tempestad y da la cara con dignidad.

“Negro Meano” del rancho Mimiahuapam, animal de 247 kilos, puro músculo y coraje.

Ya es costumbre que Joselito Adame de buen espectáculo. No decepcionó. Cortó oreja y fue el único.

“Negro Bragado”, también de Mimiahuapam, 260 kilos de determinación corriendo en el ruego no son poca cosa.

Diego Silveti salta al segundo animal, buen trabajo, pero sólo se llevó aplausos. No es poca cosa.

“Cárdeno” de San Martín, bravo de 530 kilos, más de cinco toneladas, nada más de verlo a la distancia daba muchas cosas que pensar. Negro Bragado de Begoña, 531 kilos.

Juan Pablo Llaguno se defiende, no pierde elegancia y postura. Palmas del aficionado y nada más.

Corrida de Navidad para no perder tradición, con el Niño Dios en el pesebre de casa, todavía calentito. Cartel navideño en la Santa María, sin peros ni reparos.

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