Más de 10 años pasaron para que la cinta animada Ana y Bruno viera la luz pero esto no disminuyó las ganas de su elenco y de Carlos Carrera, su director, para verla en salas de cine.

En entrevista, él, Regina Orozco y Marina de Tavira, quienes prestan sus voces a dos personajes, agradecieron haber trabajado en este proyecto y lo que el realizador les permitió hacer al prestar sus voces. “Fue muy interesante el trabajo de Carlos en términos de dirección actoral porque había que abordar la situación con seriedad, pero también el trabajo de modular esto para que al final sea la voz de un personaje de animación y sin que pierda la situación”, explicó De Tavira, quien en la trama da vida a Carmen, la madre de la protagonista.

En la cinta se abordan temas profundos como la familia, la tristeza y lo que pasa dentro de la cabeza de las personas; también cuenta con toques de comedia como Rosi, una elefanta simpática y celosa a quien dio vida Regina Orozco.

Para la cantante fue divertido ese papel que sale de lo convencional. “Molestar a una niñita sólo es posible en animación, si no me meten a la cárcel. Imagínate que pasara en la vida real ponerme celosa por una niñita, ¿no? Es un encanto mi personaje, un bombonzote lleno de rencor y de celos”.

Por su parte, Carlos Carrera destacó que es importante valorar a los animadores mexicanos.

Sobre la cantidad de inversionistas involucrados en el filme, y que fueran más de 70 fuentes distintas, señaló que a él le indica que hace falta creer en el talento nacional. “Tenemos grandes animadores, después contamos con la colaboración de un estudio en la India pero al principio el núcleo creativo de la película fueron artistas mexicanos y un alemán colado por ahí. Pero sí es talento mexicano”.

Muchos de los que empezaron trabajando en Ana y Bruno ahora trabajan en estudios de Londres, Australia y Canadá, hasta en Japón, ya se los llevaron a todos. Puedes trabajar con equipos de todo el mundo pero en este caso resultó que sí hay talento mexicano”, dijo Carrera.

También apuntó que hay muchas escuelas ya, muchos jóvenes que ya se incorporan a los estudios que existen como Ánima, Huevo Cartoon, y que lo que hay que hacer es asegurar el paquete de dinero para llevar a buen término las películas desde el principio y se pueda empezar a compactar el tiempo de realización de un filme.

Respecto al proceso que lleva hacer una animación, el realizador explicó que es lento. Hay que esperar a que existan inversionistas y que apuesten en un proyecto que van a ver dentro de tres años o más.

bft

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