La gente que acudió al palenque de la Feria Ganadera de Querétaro la noche del viernes, para ver a Maribel Guardia, sabía lo que iba a presenciar, pero no imaginaba lo que se iban a encontrar.

Se toparon con un espectáculo musical, ameno, divertido, y sensual, y también con un mujerona que en persona es más espectacular que en la televisión.

Maribel Guardia apareció en el ruedo, con ese trajecito de luces que deja ver sólo lo necesario, lo más importante, sobre todo esa cadera que ha sido la envidia de generaciones entera de mujeres.

La pregunta nunca contestada, el secreto mejor guardado, es cómo le hace esa costarricense, que es más mexicana que nada, para estar siempre tan flaca ella y tan caderona ella.

Si bien no es la gran cantante que México esperaba, es una de las mujeres maduras más atractivas de la comarca y además sabe dar muy buen espectáculo, en el buen sentido, y en el otro también.

Ya decíamos que en el Palenque de la Feria Ganadera, a altas horas de la noche, cuando el frío aprieta más, apareció Maribel Guardia con un trajecito de luces, vestuario chiquito y muy apretado.

Es famosa por bonita. A los 17 años fue Miss Costa Rica, luego participó en Miss Universo en Acapulco, televisa la ficha y la importa. Cuando ya se hacía en la televisión, sucede que no llegan los contratos.

Se dedica al teatro y afinan sus modos actorales. En 1984, aparece como una de las damas de Pedro Navajas, a lado de Andrés García y gana sus primeros premios con la película Terror y encajes negros, de 1985.

Como cantante tiene cinco discos de géneros varios y éxitos regulares. Quiso cantar grupera y banda y fue cuando conoció a Joan Sebastian, quien le enseñó a cantar y de paso la enamoró.

Apareció Maribel Guardia en Querétaro, con esos ojos negros y esa cabellera larga y rebelde, también negro, y esa sonrisa, que encandiló a los presentes.

La cantante, conductora televisiva, mamá del uno de los hijo de Joan Sebastián, actriz de telenovelas, y causa de todos los sueños húmedos de medio mundo, cantó temas para bailar, para cantar, para llorar y para gritar.

Bailó para su público, interactuó con ellos, abrazó, acarició, incitó, provocó, encantó, y se fue.

Para muchos, incluso, fue una sorpresa descubrir que Maribel Guardia sabe cantar y le sabe hablar a la gente, que las divierte con esas ocurrencias pícaras, como hace cuando ha sido conductora de programas televisivos.

Uno de eso fans tan aventados y sin pudor, cuelga un mensaje en su página oficial y le escribió: ¿A qué hora descansa? ¡Señora bizcocho!

Y ella, sabiendo lo que tiene para ofrecer, lo cuelga en su web, también sin pudor.

De los queretanos, Maribel Guardia se llevó sólo buena vibras: “Querétaro, qué lindo público”, escribió en su muro.

Apenas terminó el show, pasada la media noche y prometió regresar. La estaremos esperando, con urgente necesidad.

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