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Se busca, recompensa de por medio, a la chica de impermeable amarillo eléctrico que se abrió paso hasta Enrique Iglesias y luego le plantó semejante beso en la boca al cantante español.

La chamaca lo hizo frente a unas 10 mil niñas que querían, soñaban, deseaban, hacer lo mismo y se quedaron con las ganas, y eso no se lo van a perdonar tan fácilmente.

Más de una quisiera saber cómo esa queretana atrevida sorteó la seguridad del lugar, el equipo de producción, una muralla de metal y una muralla de fanáticas, tan sólida como la roca, que buscaban que Enrique las volteara a ver por dos segundos y luego escribir en su ‘face ’: “Hoy es el día más importante de mi vida, Enrique me miró, ¡A mí! ¿Será que le gusté?”.

Muchas fueron las que desearon en sus mentes aventarle el coche encima a la besucona del impermeable y rayonear su rostro con labial barato para quitarle esa sonrisa que le durará todo el año.

Fueron miles de asistentes que no pudieron pagar casi 4 mil pesos por un lugar en la zona VIP y se conformaron con un boleto para ver a Enrique de lejos.

Pero esos fanáticos recibieron una sorpresa de la buena cuando de la nada, sin saber cómo ni cuándo, Enrique Iglesias saltó del escenario a la zonas menos privilegiadas, oculto bajo una sudadera azul y les cantó a ellos, de cerquita.

Para lograr eso el cantante carga en su gira con un equipo de producción de primer mundo, con un escenario equipado con el sonido de primer mundo, efectos visuales y plasmas de primer mundo; todo bien, hasta que llegó una leve lluvia y le estropeó por un rato las cámaras de primer mundo.

En Juriquilla, Enrique Iglesias les cantó en inglés y en español y les bailó como les baila en la televisión, en sus videos. Sus canciones enloquecieron a los presentes, aunque no se escucharan tan bien como cuando las escuchas en el YouTube.

También corrió por el escenario, brincó, tocó a su público; es un cantante mediático, de espectáculo de gran calibre.

Porque Enrique Iglesias tiene el poder de cantarle a miles, pero hacerlo con el sentimiento de quien le canta sólo a una.

Sabe cantar entre susurros, deslizando las palabras, como de quien habla al oído, cantar con esos modos de “chico lindo”, como cuando abre los brazos a la inmensidad y ellas, las fanáticas, sienten que las abraza sólo a ellas.

Porque ese muchacho, quien viste de cachucha beisbolera y camisetita casual, tiene el poder para lograr que las muchachas están dispuestas a cometer pecado original y luego guardar castidad por el resto de sus vidas.

Enrique Iglesias tiene ese ‘sexy power’, no por nada la gira internacional del cantante se titula Sex and Love, en ese orden de importancia.

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