Fui demasiado lejos. Hice cosas de lo peor, extremadamente peligrosas, y fueron muchas veces. Sobreviví a tiempos muy oscuros y pesados; realmente podría no estar viva”. Con esas palabras describió Angelina Jolie su etapa crítica. Lo hizo durante una entrevista en el programa 60 minutos, de la cadena CBS, cuando la invitaron a platicar sobre su debut como directora en la cinta En tierra de sangre y miel (2011), acerca de la guerra en Bosnia.

El presentador del programa de televisión le pidió a la actriz detalles sobre su supuesta vida loca, pero ella contestó que no quería hablar más de ese asunto.

Más tarde, al tratar de explicar los motivos de aquella forma de ser, Jolie le dijo a la revista Elle lo siguiente: “Era una joven de veintitantos años tratando de encontrarme a mí misma. No era una necesidad de ser destructiva o rebelde nada más porque sí. Buscas la libertad y, si te sientes acorralada, entonces empujas las paredes”.

Excesos y Óscar. Desde hace muchos años, Jolie ha sido una de las preseas favoritas de los paparazzi y de los medios del espectáculo internacional, sobre todo desde que se unió sentimentalmente a Brad Pitt.

Angelina siempre da la nota, ya sea por su trabajo artístico, por actividades filantrópicas (desde la adopción de niños originarios de naciones pobres hasta el apoyo a refugiados como embajadora de buena voluntad de la ONU) y, más recientemente, por tomar la decisión de practicarse cirugías preventivas contra el cáncer, primero de ambas mamas y ahora de ovarios.

Como Jolie no suelta mucha prenda de su vida íntima, ese vacío se ha llenado con rumores, mentiras y medias verdades. Eso de que hizo “cosas demasiado peligrosas” al parecer tiene que ver con consumo de drogas duras.

El hecho de no haber sido una joven bien portada seguramente le sirvió para ganar su único Óscar hasta el momento. En 1999 participó en Inocencia interrumpida, de James Mangold, donde interpretó a una sociópata recluida en un centro de salud mental. Winona Ryder era la estrella, pero Jolie le comió el mandado y la Academia la premió en 2000 en el rubro de Mejor Actriz de Reparto por ese trabajo.

Actualmente, Jolie es una súper estrella no sólo con millones de fans sino también con miles de detractores que desean saber más de lo que ella cuenta. Por eso fue un éxito el libro Angelina. Una biografía no autorizada (2010), de Andrew Morton, quien se dio vuelo rascando en el pasado turbulento de la actriz.

Según Morton, Angelina Jolie no sólo consumió drogas en cantidades industriales sino que también se auto flageló con cortes de navaja en diversas partes del cuerpo, y en el momento más crítico de sus depresiones, pagó a un sicario para que la matara. También habla de prácticas bisexuales y de un odio extremo hacia su padre, a quien dejó de dirigirle la palabra durante muchos años.

Freud y Perogrullo dirían que los problemas emocionales de Angelina Jolie se iniciaron desde la más tierna infancia. La propia actriz, al promover su trabajo estelar en Maléfica (2014), dijo que ella no había cumplido un año de vida cuando su padre abandonó el hogar, y que pertenecer a una familia rota provocó que nunca se identificara con las jovencitas que esperan sentadas a su príncipe azul.

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