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Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, no sólo fue el creador de inolvidables personajes como el Chavo del ocho o El Chapulín Colorado.

También incursionó en el ámbito de la poesía y la literatura, e incluso como dibujante.

En 1995, la editorial Diana publicó el libro El Diaro del Chavo del ocho, donde el personaje pricipal de la serie cuenta las historias cronológicas de los personajes de la vecindad. En ese libro, Gómez Bolaños también dio cuenta de su habilidad como dibujante al incluir una serie de viñetas y dibujos de su autoría.

Años más tarde publicó ...Y también poemas, una compliación de versos escritos durante 50 años, algunos inspirados en su pareja, Florinda Meza, y otros en tono jocoso y satírico.

En 2006 salió a la luz sus memorias Sin querer queriendo (Aguilar), donde narró diversos episodios de su vida y carrera, desde cómo nacieron los personajes de sus series hasta su entrada al mundo de la radio y televisión, así como sus relaciones familiares.

Su faceta como escritor fue más conocida en el cine. Por este trabajo en 1992 ganó el Premio de Literatura que otorga la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Como escritor de cine también expresó su admiración por el dramaturgo Vicente Leñero, a quien reconoció como uno de los mejores guionistas de México.

De Cervantes a Beethoven . Algunos de los personajes de Gómez Bolaños y en gran parte de sus obras que llegaron a miles de televidentes también se asoman referencias a grandes clásicos de la literatura y la música. Los nombres de sus personajes incluso están derivados de personajes literarios: Chespirito, inspirado en William Shakespeare, y Chapatín, tomado de un personaje creado por el escritor francés Alfonso Daudet.

En algunos episodios de sus series adaptó a su estilo historias de clásicos literarios, como Romeo y Julieta de Shakespeare, Fausto de Goethe, también hizo versiones de la novela Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.

De manera indirecta, el actor también llevó a su público la música de Beethoven. La canción jococa y divertida de apertura de El Chavo del ocho pertenece al compositor Jean-Jacques Perrey, uno de los pioneros de la música electrónica en Francia. Pero esta pieza, denominada The elephant never forgets, está claramente inspirada en la Op. 113 N° 4 conocida como “La Marcha Turca”, del famoso compositor alemán.

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