El ADN localizado en restos antiguos puede preservarse por milenios, como lo muestra el trabajo del biólogo evolutivo Svante Pääbo, quien presentó en 2010 el Genoma del Hombre de Neanderthal, reconstruido a partir de estructuras óseas de 30 mil años halladas en cavernas de España y Yugoslavia. Por ello, la doctora Lourdes Muñoz, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, considera poco probable que las muestras óseas obtenidas del cadáver del padre del narcotraficante Heriberto Lazcano no pudieran servir para el cotejo de la identidad genética y parentesco entre ellos. “Si hablan de la antigüedad, no es aceptable (que no sirvan), pues si se ha podido obtener ADN del Neanderthal, con mayor razón de estos restos que no son tan antigüos; más bien diría que son muy recientes”, explica la genetista. Muñoz aclara que los remanentes de ADN sufren deterioro o desaparecen cuando son calcinados o si las condiciones de humedad resultan extremas, como en los pantanos. Pero advierte que si se aplica la huella genética a las muestras extraídas del padre de El Lazca será necesario completarla con una prueba similar a los restos de la madre del capo abatido.

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