La cinta turca Zerre (Partícula), dirigida por Erdem Tepegöz, se alzó hoy con el galardón a la Mejor Película, el San Jorge de Oro, en el Festival Internacional de Cinede Moscú.

El filme resultó ser el más premiado en la XXXV edición del certamen moscovita tras llevarse también el San Jorge de Plata a la Mejor Actriz, que fue a parar a las manos de la turca Jale Arikan.

La actriz dio vida a una mujer que decide tomar medidas desesperadas tras ser humillada mientras busca trabajo en las calles de Estambul.

El realizador surcoreano Young-heon Jung recogió el premio a la Mejor Dirección por Emoción libanesa, la historia de un hombre que no logra superar la pérdida de su madre hasta que conoce a una chica perseguida por su violento y cruel marido.

El ruso Alexéi Shevchénkov ganó el San Jorge de Plata por su papel protagonista en "Judas", basada en el personaje bíblico, del también ruso Andréi Bogatiriov que de hecho recogió el premio ante la ausencia del actor.

La japonesa Sayonara keikoku, cuyo título se ha traducido al ruso como El valle de las despedidas, recibió el Premio Especial del Jurado.

La enrevesada obra de Tatsushi Omori's arranca con la muerte de un niño, de cuyo asesinato acusan a su madre, una mujer que está enamorada de su vecino y es incriminada por la novia de éste.

Padre e hijo, que el polaco Pawel Lozinski rodó junto a su hijo Marcel, se alzó con la victoria sobre otras seis cintas en el apartado del cine documental.

El filme cuenta su propio viaje desde Polonia a Francia, donde está enterrada la madre de Marcel, y fija su atención en las relaciones entre padres e hijos.

Padre e hijo en la vida real, los Lozinski meten al espectador en sus conversaciones de hombres adultos, sus preguntas e inquietudes acerca del papel que juega cada uno en la vida de otro.

La película brasileña A memoria que me contam, dirigida por Lúcia Murat, se alzó con el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci).

Traslada al público a la habitación de un hospital, donde un grupo de amigos, antiguos revolucionarios en la década de los sesenta, rememoran su juventud en el lecho de muerte de uno de los suyos, Ana.

Murat aseguró a la prensa que el premio de Fipresci es uno de los más importantes que se conceden en la cita internacional, ya que se entrega por la libertad artística e independencia.

La sorpresa del festival, que cerró hoy su XXXV edición, fueron los dos premios -del público y de la Asociación de Críticos rusa- otorgados a una película con la homosexualidad como uno de sus temas de fondo, algo llamativo en una Rusia embarcada en una guerra política contra los derechos de las minorías sexuales.

La holandesa Matterhorn, del realizador Diederik Ebbinge, relata la historia de Fred, un viudo solitario que vive una vida muy conservadora, acorde a los valores tradicionales en un pequeño pueblo, hasta que acoge en su casa a un vagabundo llamado Teo, cuya presencia le hará revisar no sólo su modo de vida sino incluso su orientación sexual.

Más de 72 mil personas acudieron a las proyecciones del festival, casi 8 mil más que hace un año, presumió ante la prensa el director del certamen, el realizador ruso Nikita Mijalkov.

El polémico cineasta ruso -ganador de un León de Oro de Venecia en 1991 por Urga, el territorio del amor, y con un Oscar y una Palma de Oro en Cannes en 1994 por Quemados por el sol- salió así al paso de las críticas vertidas contra el festival en algunos medios de comunicación rusos.

"Me interesa no lo que digan, sino que en ocho días laborales han acudido al festival 72 mil  espectadores. Eso significa que el interés hacia le festival no decae", subrayó Mijalkov.

El festival moscovita, cuya primera edición fue en 1935 aunque sólo se celebra anualmente desde 1995, cerró con la proyección de la coproducción ruso-francesa para televisión Rasputin, protagonizada por el francés nacionalizado ruso Gerard Depardieu.

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