Guadalajara.— La cinta Eco de la montaña de Nicolás Echavarría, sobre el artista huichol que exhibe en París y no le pagaron por su trabajo, recibió el Premio de la Prensa en el 29 Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

Dicho galardón es una estatuilla del artista de Guadalajara Adrián Guerrero y se otorga a la película más votada por la prensa acreditada al festival y el mercado de cine iberoamericano más importante.

El indígena huichol es autor de la obra que actualmente se exhibe en la estación del metro Palais Royal-Musée du Louvre, de París. Se trata de un mural de 2.40 metros por 3 metros, desmontable, hecho con bolitas de chaquira.

La obra titulada Pensamiento y alma huichol fue un obsequio del gobierno de Ernesto Zedillo a Francia, en 1997. Por su trabajo, el artista indígena no recibió completo el pago que le prometió el gobierno mexicano y, además, fue montado incorrectamente. “Está mal acomodado, como no me preguntaron, ni me invitaron (a la inauguración) pues así se quedó”, manifestó.

El productor del documental, el estadounidense Michael Fitzgerald, señaló que este trabajo había nacido como una denuncia, por el pago no incumplido al autor.“Pero, gradualmente, se convirtió en un tributo a su obra”.

Años de creación

Santos de la Torre tiene 72 años, es originario de Jalisco, proviene de una comunidad perdida en las montañas, sin luz, agua y ningún servicio de la civilización, está ubicada a cuatro horas de distancia de Santa Clara, la ciudad más próxima.

Sobre el caso del mural parisino, ya ni se acordaba. “A lo mejor ya no tiene caso de comentarlo, porque a lo mejor mi trabajo vale más que el caso real”, reconoció el artista.

Santos de la Torre tiene esposa, dos hijas, cinco nietos y un bisnieto, hace murales para estar en paz con los dioses y por necesidad. “Pero yo no soy un artista, soy una persona normal”, declaró.

Hasta el momento ha trabajado en cinco murales, uno de ellos se encuentra exhibido en un recinto en el estado de Zacatecas, y otros han sido mostrados en Estados Unidos y en la ciudad de México, en el museo San Ildefonso.

El artista tarda entre ocho meses y un año en elaborar una obra y para hacerlo pide permiso a sus dioses. En sus murales retoma elementos de su cultura, religión y de los orígenes de la vida, por eso su armado y lectura es fundamental.

“Mis cuadros se leen de abajo hacia arriba, como crecen los hombres, y al revés de como se lee una carta, de arriba abajo”, explicó Santos de la Torre.

El artesano huichol vive actualmente de su arte, vendiendo figuritas de chaquira, con unas semillas llamadas “Ojos de Venado”, que sirven para hacer un ritual de limpia (rito de sanación).

A través de su arte, el indígena busca "atajar los problemas que hay entre nosotros, sobre la cultura, no para hacer grandes negocios".

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