La metamorfosis por fin comenzó a notarse en Jessica Simpson, tras haber dado a luz a su hija Maxwell en mayo pasado.

Bajo una estricta dieta, la cantante ha perdido 25 de los más de 30 kilos que subió con su embarazo; claro, asesorada por un chef, una rutina de ejercicios y un cheque de 4 millones de dólares que recibiría a cambio de promover el método Weight watchers.

La actriz se comprometió en julio a bajar de peso al costo que fuera y está sólo a unos cuantos kilos de lograrlo.

De acuerdo con el sitio TMZ, en los primeros 15 días de su nuevo régimen alimenticio Simpson se dedicó a ingerir batidos bajos en grasa, proteína y una alta variedad de verduras, además de rutinas de ejercicios progresivos.

Poco a poco la estrella de Los Dukes de Hazzard agregó a su dieta otro tipo de comidas, como omelettes, ensaladas, pollo y hasta podres, como dulces, cupcakes de frutas y galletas de chocolate.

Los patrocinadores de la actriz, a quien han acompañado en el proceso, se muestran sorprendidos por el intento de Simpson de lograr un nuevo estilo de vida.

“En 20 años de profesión, jamás he visto una pérdida de peso tan consistente. Jessica se encuentra justo donde tiene que estar y, además, ahora es mucho más fuerte y tonificada”.

Simpson, quien siempre ha sido blanco de burlas por sus constantes cambios de peso, dice ignorar lo que se dice de ella para tratar de concentrarse en lo que verdaderamente le importa: perder peso. “No reviso las revistas ni busco mi nombre en Internet. Trato de evitarlo por completo. Pero inconscientemente sé que los rumores siguen. Cada día es una lucha para mí... Tengo que separarme de las expectativas del mundo”, comentó.

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