Enrique Iglesias sigue siendo la persona simple, normal y un poco inmadura a la que no le gusta tomarse las cosas tan en serio sino divertirse. Así lo cuenta aquel que adora hacer deportes acuáticos, ir al cine, jugar billar, estar en el aire con su hidrolicelo o pasar tiempo en su sillón en casa, sin importarle la popularidad.

“La fama es una ilusión y el precio por todo esto que hacemos es muy pequeño por todo el amor que nos dan, y es que no me imagino yo rodeado de guapura y diciendo que no que no se acerquen, ese no soy yo. A mí me gusta compartir con mi fans esté donde esté y es que eso no me lo va a cambiar nadie. Es mi inyección de adrenalina, de vida, de felicidad. Los logros ahí se quedan en una taburete o en una pared, pero que tu música se escuche, que bajen tus videos, que tengamos esa conexión directa por las redes sociales es impresionante. No hay barreras ahora todo es instantáneo y universal”, cuenta el cantante español.

Muchas veces ha dicho que parte de su éxito de lo debe a México, por lo que es el país al que más regresa y por el que le encanta hacer giras para ver a sus fans que son distintos en cada ciudad. Asimismo sabe que ha crecido junto con el público, a quienes ahora ve con acompañados con sus hijos como lo hará este 29 y 30 de mayo en el Auditorio Nacional.

“¿Volver a México? pues es que lo tengo tan cercano que nunca me les he ido; de veras que es como una gran fiesta, un karaoke gigante donde todos cantamos, bailamos y recordamos. A México sabes que se lo debo todo, es que no me canso de decirlo. Una de las cosas que me gustan es toda la bola de amigos que tengo hace casi dos décadas siempre se montan conmigo, me acompañan y hacemos siempre alguna fiesta improvisada y terminamos, como es obvio, comiendo tacos, tomando tequila y ron”.

La evolución es natural y el intérprete de “Experiencia religiosa”, quien el próximo año festejará 20 desde su primer álbum, lo recuerda y aún lo ama porque representó muchos méritos al firmar un contrato a los 17 años.

“Me encuentro en un momento de mucha estabilidad, pero también de mucha sed y de búsqueda a seguir reinventándome, para sorprenderme. Esa madurez que te da sólo el tiempo, aunque yo en el fondo siga siendo un niñato porque me divierte mucho hacerle bromas a mis amigos y pasármela bien”.

Su familia, dice, está tan cerca como se puede. “Coincidimos las veces que podemos con mi madre, mis hermanos mayores y también los chicos que me llaman todo el tiempo para cantarme mis canciones y eso me hace mucha gracia.

“Y Anna (Kournikova)... ella siempre está bien, tenemos el mismo carácter, los mismos intereses y pobrecilla, es que me aguanta todo porque soy muy travieso y aventurero”.

El hecho de salirse de lo conocido lo divierte y por ello es que cada disco es distinto al anterior. Esa es la esencia de SexAndLove, su disco más reciente, y de cuyo título aclara: “¿Ustedes piensan que yo tengo sexo todo el tiempo? Sexo es algo que instiga muchas de mis ideas cuando se trata de música. Lo que me gusta acerca de sexo es que puede ser crudo, maduro, estúpido, divertido y apasionado”, explica el español.

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