En el arte sonoro la materia prima es el sonido, no necesitan partitura ni instrumentos musicales para crear; hay quienes piensan que se trata de un arte nuevo y no lo es, se produce en circuitos cerrados por lo cual tienen poca difusión, pero ahora con proyectos como Random se están abriendo más espacios para experimentar y jugar con el sonido.

Random es un Encuentro Internacional de Arte en el que unen esfuerzos Anuar Romero, como director del proyecto, el músico Gregorio Gómez y el escultor sonoro Octavio Cueto, quienes se presentaron en Basamento, un nuevo espacio en Querétaro dedicado a la investigación, formación y producción.

Balam Ronan, artista sonoro que forma parte del equipo de Basamento, comentó a EL UNIVERSAL Querétaro la importancia de abrir espacio a este arte. “Sobre todo, me interesa dar a conocer otras prácticas sonoras, como por ejemplo esto de las esculturas sonoras que presentan Random, que no se han visto tanto; me interesa que se abran espacios para experimentar con el sonido y que lo hagan con materiales no convencionales, con materiales que están a la mano. Tuvimos, en otra sesión, a unos chavos que vinieron y desarmaron una computadora y se pusieron a jugar y hacer sonidos, eso me interesa, que se vean cosas que no están en todos los medios”.

En noviembre se realizará la tercera edición del Encuentro Internacional de Arte Sonoro, con 10 días de actividades en seis sedes en la Ciudad de México, pero ahora, desde inicio de año comenzaron promoviendo diferentes actividades, como su visita a Querétaro; en abril tendrán un taller infantil de robótica, con el objetivo de crear con los niños artefactos sonoros, también tienen programada presentaciones en Oaxaca y Xalapa.

“Random surge por la necesidad e inquietud de generar la descentralización del tipo de artes experimentales y sonoros de la ciudad de México, realizamos un encuentro año con año con el fin de promover, difundir y crear un puente entre público, artista y escena nacional, con la idea de crear y reinventar piezas sonoras, a través de la aleatoriedad, que es nuestro eje común”, explicó Anuar Romero.

El arte sonoro no es nuevo, agregó Anuar, “el mismo Mozart jugaba a la aleatoriedad, lanzando los dados, y así componía las piezas a través de esa formas, en la historia hemos tenido muchas transformaciones o variabilidades de lo que es la música y precisamente por eso escogimos ese nombre de Random, por que la aleatoriedad es como factor como común, como actitud ante la vida y como producción ya sea sonora y musical”.

Con el avance tecnológico ha crecido el arte sonoro, su producción y difusión, pero en sí cualquier objeto puede servir para hacer sonido, cualquier elemento con el cual “el artista busca expresarse pero no con acordes musicales, su materia prima es la sonoridad o los sonidos pero pueden ser expresados no necesariamente tomando una partitura o un instrumento musical”, comentó Octavio Cueto, creador de esculturas sonoras.

Una parte importante del arte sonoro es jugar, así lo explicó el músico Gregorio Gómez: “yo creo que en gran medida es la experimentación, es un poco hacer las cosas sin esperar algo concreto y ver qué resulta, sí hay como ciertas pautas, pero finalmente siempre está la parte de jugar, ver qué sucede, si yo muevo estos botones qué resulta, es crear en el momento”.

Arte en aumento. Anuar Romero, Gregorio Gómez y Octavio Cueto se acercaron al arte sonoro como público, y ahora que ya son los creadores han visto que la audiencia ha ido creciendo.

“Hoy en día hay más escuchas, más gente que consume el arte sonoro, que lo toleran más, me acuerdo que antes esto era más como arte pacheco, como que no estaba tomado muy en serio en México y tenías que ir a Holanda o Francia, a un país de esos que tenían la cultura de las nuevas tecnologías, de era digital; sin embargo, en México se han ido abriendo escenas como Basamento que tiene espacio dedicado al arte sonoro”, añadió Anuar Romero.

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