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Luego de la edición y el éxito en librerías del nuevo libro de Héctor Aguilar Camín, ‘Adiós a los padres’ (Random House), el autor está preocupado por su carrera de escritor.

“Era la mejor historia que tenía para contar, ahora ya no sé qué voy a escribir”, dijo a EL UNIVERSAL.

El nuevo libro de Aguilar Camín empieza con la historia de un despojo de un negocio, de una infamia cometida por un padre contra su hijo, sobre la ruina moral y económica del padre y una familia en el desamparo absoluto, la del escritor.

“Toda familia tiene por lo menos una buena historia que contar”, dijo en la presentación del libro en el patio del convento de Santa Rosa de Viterbo en Querétaro, donde se presentó acompañado de su amigo y colega, Jorge Castañeda, quien hizo lo propio con su libro biográfico ‘Amarres perros’ (Alfaguara).

“Me siento muy bien porque he encontrado un eco en los lectores, en el fondo inesperado para mí, desconocido para mí”, declaró el autor de una de las novelas políticas mexicanas más importantes de los años 80 y una de las más ledas, ‘Morir en el golfo’ (Océano, 1985).

Héctor Aguilar Camín, de 68 años, es director de la revista de análisis y política ‘Nexos’ y obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura en 1988.

“Esta novela…” dijo e interrumpió de manera abrupta la charla, repara y pregunta por el muñeco tallado en madera, una copia suya, con todo y lentes, y su calva prominente, que le regaló el caricaturista queretano, Rubén González López.

“Eh!, dónde está!”. Una asistente lo calma y le dice que ellos se encargan. El escritor sigue hablando sin soltar su copa de vino tinto, no queretano por cierto.

“Lo mejor que puede encontrar un escritor es que del otro lado del puente los lectores sientan como parte suya lo que están leyendo y esto me ha sucedido con este libro como con ningún otro”, declaró.

En Querétaro, Aguilar Camín firmó libros, codo a codo, con Jorge Castañeda. Competían por tener la fila más extensa. El resultado: uno a uno, si hubiera sido un partido de fútbol.

El escritor tomaba sorbos de vino y presumía su muñeco de madera. Se divertía, mientras los fans de ocasión le pedían las cosas más extrañas. “¿Héctor, que hacemos con este país? Héctor, no contestaste mi pregunta, dice una mujer sobrada en años y sobrada de copas.

La aparición de ‘Adiós a los padres’ coincidió con la aparición de la nueva novela de su mujer, Ángeles Mastretta, ‘La emoción de las cosas’, una historia de familia; al mismo tiempo su hija, Catalina, terminó su primer largometraje ‘Las horas contigo’, una historia inspirada en su abuela materna. “Tuvimos como una epidemia”, declaró.

Aguilar Camín tardó diez años para escribir su nuevo libro biográfico, lo empezó en 2004 y no lo terminó sino después de la muerte de su padre, en 2010.

¿Aguilar Camín no tiene nadie quien le escriba?, Lo digo por la novela de Gabriel García Márquez, ‘El Coronel no tiene quien le escriba’, por el asunto del padre ausente y la historia familiar, preguntó este reportero.

“Ahora tengo un problema como escritor serio, porque ésta es la mejor historia que tenía para escribir, entonces ahora ¿qué hago?, ando buscando una historia, ¿Tienes una buena?”, dijo.

Héctor Aguilar Camín trastabilló, el empedrado del estacionamiento del Instituto Queretano de la Cultura le jugó la malpasada, estuvo a punto de caer pero no soltó su copa de vino no queretano y desapareció en una camioneta blanca.

“Adiós”, dijo, como el título de su novela, ‘Adiós a los padres’.

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