Carolina Olvera Maya sólo tiene el 10% de la vista, es débil visual de nacimiento; y María Guadalupe Campos Cabrera perdió la vista a los 40 años de edad, a causa de un tumor que se enredó en sus nervios ópticos, pero a través de la fotografía, estas dos mujeres han encontrado otra forma de ver.

“La fotografía me ha dado una seguridad como ciega, es una seguridad, he descubierto que puedo tomar la esencia de las cosas, que puedo hacer una fotografía aunque no tenga el sentido de la vista”, cuenta a EL UNIVERSAL Querétaro María Guadalupe Campos, Lupita como la llaman sus amigos.

Se sometió a tres operaciones para combatir el tumor enredado en sus nervios ópticos y auditivos. En la primera intervención, Lupita salió viendo sombras y recuperó la vista cuando los nervios se desinflamaron, en la segunda cirugía no tuvo complicaciones; sin embargo, en la tercera perdió la vista totalmente.

Aprendió a usar el bastón, la computadora con comandos y el sistema parlante, además de especializarse en masaje terapéutico en la Escuela de Ciegos y Débiles Visuales de Querétaro. Se inició en el arte de la fotografía por medio del Taller de Fotografía para Ciegos que impulsa, desde el 2012, ArteSano Buró Cultural.

Lupita fue la encargada de cortar el listón inaugural de la serie La mirada invisible. Colectiva Internacional de Fotógrafos Ciegos, que se presentó en Querétaro en el 2012, primera actividad pública de ArteSano, misma organización que en este 2014 promueve el Encuentro de Imagen y Ceguera, que comenzó actividades el pasado 22 de noviembre y continuará el 27 de noviembre con la exposición fotográfica Umbrales. Retrospectiva de Gerardo Nigenda, que se inaugurará el Museo de Arte, a las 20:00 horas.

El 28 de noviembre tendrán el evento Diálogos sobre imágenes y ceguera, de las 10:00 a las 13:00 horas, en el Museo Regional de Querétaro. Además habrá un taller con los reconocidos fotógrafos ciegos Pedro Miranda, de Oaxaca, y la venezolana Sonia Soberats, en los talleres participarán los integrantes del colectivo de fotógrafos ciegos de Querétaro de ArteSano, para continuar aprendiendo del arte de la fotografía.

“Déjame vivir”. Carolina Olvera Maya describe su historia como milagrosa. Nació con debilidad visual, es originaria de Lagunillas, Huimilpan, y desde muy pequeña sufrió la discriminación, no sólo en su comunidad también en los lugares donde entró a trabajar para ayudar a su familia, como fábricas, tiendas y fondas.

“Para mí es un reto muy difícil, yo creo que soy un milagro de Dios, la verdad, porque a veces la cultura en los pueblitos es muy cerrada, no hay tanta cultura; a mí me decían: ‘cuatro ojos, inútil, ciega’. Era para mí muy frustrante, porque era la única en el rancho y, probablemente, la única que se animó a salir y estudiar. Mi mamá me protegía demasiado, me decía: ‘es que tú no puedes’. Y yo le decía: ‘déjame ser, por favor, déjame vivir’. Realmente conocí la verdadera discriminación, fue para mí algo muy fuerte, intenté quitarme la vida tres veces por lo mismo que yo no aguantaba”, relata.

Actualmente, radica en Querétaro y se ha especializado en masaje terapéutico en la Escuela de Ciegos y Débiles Visuales de Querétaro. Desde hace cinco años, dice, comenzó a vivir realmente y la fotografía forma parte de su nueva vida, además escribe poesía y hace una buena combinación entre imagen y palabra.

“La fotografía me ha llenado de seguridad, porque a mí siempre me ha gustado, desde que tenía ocho años yo sacaba fotografía, con lo poco que yo alcanzaba a ver, y siempre me gustaba plasmar con la máquina de escribir un poema; me gustaba hacer una fotografía, podría ser de las nubes, y plasmaba una frase de eso. Hasta ahorita la fotografía es un sueño hecho realidad porque ya hemos tenido unas exposiciones, se está logrando el objetivo”.

Invitación a la sociedad. Sobre el Encuentro de Imagen y Ceguera, Carolina y Lupita hacen una invitación a la sociedad en general, a los normovidentes y los ciegos y débiles visuales, a participar y conocer el trabajo de fotógrafos ciegos invitados.

“Vengan, para que se den cuenta que nosotros como ciegos nos estamos incluyendo en nuestros proyectos y les pedimos lo mismo, que no nos excluya la sociedad por el carecer del sentido de la vista”, dice María Guadalupe Campos Cabrera.

Y Carolina Olvera Maya agrega: “todo esto es algo maravilloso, para que se den la oportunidad de aprender con ciegos y débiles visuales, que se sensibilicen con nuestros proyectos, creo que todos necesitamos de todos y podemos aprender, es simplemente un intercambio de conocimientos”.

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