Aunque hace más de cuatro siglos el astrónomo, filósofo y poeta Giordano Bruno sostuvo que en el universo había infinidad de mundos girando alrededor de las estrellas, fue apenas hace 25 años que se descubrió el primer planeta fuera de nuestro Sistema Solar o exoplaneta. A partir de entonces, cambiaría nuestra concepción del cosmos y cientos de astrónomos se dedicarían a la búsqueda de un mundo capaz de albergar vida.

Hoy, un grupo de más de 30 científicos de Inglaterra, España, Alemania, Estados Unidos, Chile, Francia e Israel, confirmó el descubrimiento de un planeta que podría contener agua líquida y ser potencialmente habitable a tan solo 4.22 años luz de distancia. Este hallazgo representa un hito para la astronomía.

De acuerdo con un artículo publicado en la revista científica Nature, Próxima b fue descubierto orbitando alrededor de la estrella Próxima Centauri, la más cercana a la Tierra después del Sol, por lo que es el exoplaneta más cercano a nosotros. Los científicos están emocionados porque es el vecino planetario más cercano que podría albergar algún tipo de vida. Quizá la vida esté ahí y no en Marte.

“La búsqueda de vida en Próxima b viene después”, señala el astrónomo Guillem Anglada Escudé, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad Queen Mary de Londres, autor principal y coordinador del proyecto.

“Esperamos que estos resultados inspiren a las generaciones futuras a seguir buscando más allá de las estrellas”.

El hallazgo fue realizado en las instalaciones del Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés) en el desierto de Atacama, Chile, y con otros telescopios. Se trata de un mundo un poco más grande que el nuestro, con una masa similar (1.3 veces a la Tierra). Su año dura tan solo 11 días, es rocoso y, lo más importante, tiene una temperatura conveniente para contener agua en su superficie.

Próxima Centauri es la estrella más cercana a la Tierra después del Sol. Es una estrella enana roja y fría en la constelación de Centauro. Es demasiado débil para ser vista a simple vista y se encuentra cerca de un par de estrellas mucho más brillantes conocidas como Alfa Centauri A y B.

Los cazadores de planetas utilizaron el efecto Doppler, que es el aparente cambio de frecuencia de onda por el movimiento de la fuente respecto a su observador, como sucede cuando la sirena de una ambulancia emite su sonido que en apariencia cambia cuando se aleja o acerca.

Así se pudieron detectar pequeños cambios en el espectro de la luz de Próxima Centauri que fueron observados como un pequeño bamboleo hacia delante y hacia atrás y que fue analizado, entre otros, por John Barnes, de la Universidad Abierta del Reino Unido.

“Una vez que establecimos que el bamboleo no era causado por manchas de la estrella, sabíamos que debía ser por un planeta orbitando dentro de una zona donde podría existir agua. Si la investigación concluye que las condiciones de su ambiente son adecuadas para sustentar la vida, este es, probablemente, uno de los descubrimientos científicos más importantes que hayamos realizado”.

Aunque Próxima b orbita mucho más cerca de su estrella que Mercurio respecto a nuestro Sol, se encuentra dentro de la zona habitable alrededor de su estrella aunque las condiciones en su superficie pueden ser afectadas por la radiación ultravioleta y las llamaradas de rayos X de Próxima Centauri. Sin embargo, tiene una temperatura superficial templada que permite la presencia de agua líquida.

“Muchos exoplanetas se han encontrado y se encontrarán muchos más”, vislumbra Guillem Anglada Escudé.

“Pero buscamos al más parecido a la Tierra y este éxito ha sido la experiencia de toda una vida para todos nosotros. Historias y esfuerzos de muchas personas se han unido a este descubrimiento”.

1.- Muchas estrellas, muchos mundos. En 1991, los astrónomos Aleksander Wolszczan y Dale Frail, detectaron el primer exoplaneta. A partir de entonces, astrónomos de todo el mundo han orientado sus esfuerzos a encontrar planetas parecidos a la Tierra capaces de sustentar vida y ser habitables por los humanos.

Hasta ahora se ha comprobado la existencia de más de 2 mil 400 candidatos a planetas extrasolares de los cuales cerca del 50%, tienen el tamaño de Neptuno, son gaseosos y helados; el 29%, son supertierras, rocosos de hasta 10 veces el tamaño de nuestro planeta. El 10.2% son como Júpiter o más grandes, pero son gigantes y gaseosos algunos helados y otros ardientes; solo el 8.9%, son aproximadamente del tamaño de la Tierra, y de ellos se conocen cerca de 40 que podrían tener algunas condiciones adecuadas para la vida.

Después de Próxima b, otros planetas potencialmente habitables son Kepler-186f y Kepler-22b, ambos detectados por el Telescopio Espacial Kepler de la NASA, lanzado al espacio con el objetivo de observar estos pequeños cuerpos celestes. El jefe científico de la misión Kepler, William Borucki, calcula que el número total de planetas en la Vía Láctea podría ser de 50 mil millones; 500 millones de ellos ubicados en zonas habitables, sin embargo, hasta ahora solo se han buscado exoplanetas en una pequeña fracción de la Vía Láctea.

2.- Cazadores de planetas. Descubrir un exoplaneta no es algo sencillo debido a que la mayoría de los métodos de detección son indirectos. Como en el caso el caso del descubrimiento de Próxima b, el método más usual es el casi imperceptible bamboleo de la estrella ocasionado por la fuerza gravitacional de sus planetas.

Otro método es el tránsito del planeta frente a su estrella visto desde la Tierra, lo que ocasiona un ligero oscurecimiento de la luz de la estrella, pero esto sirve para detectar planetas gigantes.

También existe la técnica de los lentes estelares que se produce por la intervención de la gravitación de una estrella que amplía la luz de otra estrella más distante. En algunos casos así se pueden detectar los planetas de otras estrellas más lejanas. Hay otras técnicas pero estas son las más usuales.

3.- Planetas habitables. Existe una gran diversidad de planetas extrasolares, hay algunos supergigantes calientes o helados, más grandes que Júpiter; otros, gaseosos o sólidos. Hay algunos ardientes con atmósferas de azufre y lluvias de diamantes; otros giran alrededor de su estrella a velocidades supersónicas.

Hasta ahora solo conocemos una fórmula perfecta para un mundo habitable: la Tierra. Cuenta con una atmósfera con oxígeno, agua líquida, clima templado, y campo magnético que lo protege de la radiación cósmica, por ello, los astrónomos buscan exoplanetas como el nuestro.

Además, debe estar a una distancia adecuada para que su estrella no lo calcine y que tampoco se congele. Próxima b, se encuentra a la distancia ideal, en lo que se conoce como “zona habitable”. Esa distancia es de apenas una décima parte de la distancia de la Tierra con el Sol, es decir, a 14 millones de kilómetros, pero Próxima Centauri es pequeña, apenas tiene el 12% de la masa Solar, y no es tan caliente, por lo que permite una temperatura habitable en el exoplaneta. Sin embargo, la distancia en la zona habitable no es la única garantía para sustentar la vida.

Proxima Centauri es un tipo de estrella longeva, de hecho, una vez que nuestro Sol muera junto con la Tierra, vivirá miles de millones de años más, por lo que Próxima b podría ser el destino la humanidad en el futuro.

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