El historiador Kevyn Simón Delgado en colaboración con Daniel Guzmán Cárdenas, presentaron la obra literaria La organización estudiantil en la Universidad Autónoma de Querétaro (1958-2016). Entre las aulas y la política,  en el Auditorio Fernando Díaz Ramírez de la UAQ. Dicha obra contiene los testimonios de alrededor de 40 personajes importantes vinculados con las organizaciones estudiantiles y la historia de la universidad.

Kevyn Simón Delgado, desde su papel de historiador y profesor pero también en su experiencia como estudiante y egresado de la licenciatura en Historia de la Universidad Autónoma de Querétaro, decidió investigar a profundidad los acontecimientos que marcaron a la Casa de Estudios desde los años 50, cuando fue el gran auge de las organizaciones estudiantiles y el fuerte peso de la Federación Universitaria de Querétaro (FEUQ)

El autor comentó que dicha investigación tiene el objetivo de contar o recontar la historia de la UAQ, vista desde el punto del sector estudiantil, así como de los líderes estudiantiles de esos momentos, tanto federados como no federados, tomando en cuenta todas las opiniones para darle sentido real a la investigación.

A las 12 de la tarde se dieron cita el exrector y exlíder de la FEUQ, Salvador Septién Barrón; el exrepresentante de los alumnos de la Facultad de Ingeniería, Salvador Cervantes y García; el actual rector de la Universidad, Gilberto Herrera Ruiz; el alcalde municipal y expresidente de la FEUQ, Marcos Aguilar Vega; estudiantes y administrativos para presenciar el lanzamiento del libro.

Finalmente y después de un ambiente envolvente y a ratos caótico en la sección de preguntas y respuestas, el autor Kevyn Simón Delgado, quien además es locutor en Radio Universidad y columnista en Libertad de Palabra y Tribuna, nos platicó en exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro los detalles de su investigación, así como su percepción de la historia y la evolución de la misma en la actualidad.

¿Qué te llevó a desarrollar el libro por décadas?

—Realmente fue más por la cuestión práctica, era más fácil hacer los cortes organizándolo por década y marcando el acontecimiento de la misma. Por ejemplo, en los 50’s nos enfocamos en la autonomía, en los 60’s en la rectoría de Gutiérrez Vega y el impacto del movimiento del 68. Para los 70’s menciono esta disputa que se genera al crearse organizaciones de estudiantes de oposición de izquierda contra la federación. En los 80’s surge un movimiento en la Normal del Estado que tuvo mucha violencia y vandalismo por ello resalto el proceso en el que se va calmando. En los 90’s la pluralización y democratización de la universidad y  finalmente del 2000 al presente, los cambios internos y a nivel estatal.

En el 2000 se menciona la búsqueda de una nueva identidad ¿En qué consiste esa búsqueda?

—Hay un cierto rechazo a los excesos que se tuvieron antes y a la vez nostalgia a la fuerza y los privilegios que tuvieron antes, entonces año con año se disputan sobre si seguir en ese esquema de antaño de acercarse a los partidos políticos o alejarse por completo. Ha sido de un presidente sí y uno no, pero sigue en ese proceso de búsqueda.

Bajo tu perspectiva, ¿cuál es el impacto o la importancia de esta obra en los estudiantes?

—Espero que les haga comprender someramente la importancia de que los estudiantes estén organizados, se nota muchísimo cuando lo están, pero desgraciadamente se nota aún más cuando no lo están, porque genera embates internos, a nivel presupuestal estatal y federal con los recortes. Creo que viene bien para romper con esa idea de que los estudiantes son apáticos y que en Querétaro no pasa nada, no hay oposición demostrando que si lo hay y se trabaja en equipo, si bien el libro no habla solo de eso, creo que sería la parte que a mí me interesaría se destacara.

Desde tu punto de vista, ¿coincide el actuar de Marcos Aguilar Vega, cuando era líder de la Federación de Universitarios de Querétaro a su actuar político?

—Pues mira según sus contemporáneos no lo hizo mal, pero él por ejemplo tuvo un par de ejercicios interesantes, como la promoción de mejores derechos para los estudiantes e incluso promovió unas cuestiones en materia de leyes, no han sido aplicadas del todo pero en el tema de la defensoría de los derechos de los estudiantes es algo que le debemos a él. Además de las gestiones prácticas de cada presidente como recurso y becas, por ejemplo él gestiono la construcción de los baños de la Facultad de Derecho y los contemporáneos mencionaban que se había quedado con el dinero de dicha facultad, pero la verdad es que como historiador no trabajas con sospechas, sino con certezas y yo no encontré digamos algo que asegurara pero queda como anécdota, aunque considero que Marcos Aguilar, de antes al de ahora, ha cambiado mucho.

¿Cómo ha funcionado la FEUQ en la sociedad a nivel histórico?

—Usualmente tienen dos cosas, la primera es su intención de vincularse por medio de trabajo social en cuestiones altruistas como recolectar cobijas y juguetes para donarlos, pero ciertamente sí les ha fallado este vínculo pues se asocia como una actitud de izquierda. La segunda, en general la federación es muy moderada, no suele trascender más allá de la sociedad.

¿Crees que actualmente la Federación sigue teniendo un peso importante?

—No, yo creo que no, me baso en esa nueva búsqueda de identidad para decir que han perdido un poco el rumbo y la fuerza. Me parece que ahorita no tiene mayor relevancia en términos concretos.

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