Cada vez encontramos más cantinas, tabernas o bares antiguos que cuentan a través de sus paredes la historia de nuestro estado. Tal es el caso de “Los Chiquilines”, un establecimiento fundado por una familia 100% queretana en 1943.

Retrocediendo en el tiempo, recordemos que el Mercado Mariano Escobedo se encontraba establecido en lo que hoy en día es la Plaza Constitución, en el Centro de Querétaro. Es ahí en donde José Ríos decidió abrir las puertas de un restaurante especializado en carnitas y comida mexicana con el nombre de “El Chiquilín”.

Al poco tiempo la fama del lugar fue aumentando gracias a la calidad y sabor de los platillos. Por ello, casi 20 años después, la demanda exigía más espacio tanto en la cocina como en área de los comensales.

El fundador e hijos mudan el restaurante a la calle de Pino Suárez #326, colonia Centro. Al llegar ahí surge un nuevo nombre “Los Chiquilines”, esto haciendo referencia a todos los integrantes de la familia Ríos.

En 2007 surge la idea de abrir a un costado del establecimiento un centro botanero, en el que además de ofrecer el platillo estrella, las carnitas, la gente disfrutara de otros alimentos de manera gratuita al momento de consumir bebidas.

Después del fallecimiento del fundador, su nieto que lleva mismo nombre, José Ríos, toma la batuta de “Los Chiquilines”. Él junto con su hermana, Karina Ríos, se han empeñado en continuar con la tradición, calidad y el legado familiar.

“El servicio al cliente me ha gustado desde pequeño, cuando era niño hacía algunas labores y con el paso del tiempo fui aprendiendo, es algo que disfruto mucho. Ver que la gente se va satisfecha me da gusto”, comentó José Ríos.

La temática principal son los toros, desde el inicio de este famoso lugar se reflejó en el concepto su pasión por la fiesta taurina. El claro ejemplo es el mural central que ejemplifica una corrida en la Plaza Santa María, con caricaturas de la familia acompañados de personajes famosos como El Peje, Cantinflas y Cuauhtémoc.

Durante el día el ambiente es un tanto tranquilo, ideal para ir a disfrutar una cerveza fría y degustar un exquisito chamorro o tacos de carnitas. Por las tardes, especialmente los jueves, viernes y sábado la diversión no falla gracias a la presentación de imitadores en vivo y grupos de música tropical o norteña.

Desde pequeño José ha estado inmerso en constantes cambios sociales dentro del ambiente restaurantero y cantinero, platicando en exclusiva con El UNIVERSAL, nos contó cómo era acompañar a sus padres a las tabernas originales.

“Me acuerdo que mi papá iba a las cantinas y que las mujeres se quedaban afuera en los carros, ahí les servían de comer o de beber. Con el tiempo esto ha cambiado, ahora los lugares como aquí son más familiares, incluso llegan con niños”, dijo José.

Las recomendaciones del barman son las sangrías cantineras, piñas coladas, cervezas, micheladas y por su puesto la bebida de la casa, “La borrachita”, una preparación fresca a base de mezcal, naranja y toronja natural, refresco de toronja y otros ingredientes especiales del lugar.

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