Somos Mari Pepa estrenó la semana previa a Star Wars, el despertar de la fuerza, en un circuito de 31 cines independientes, en 12 estados del país.

En su segunda semana perdió salas —unas ocho dijo el distribuidor—, pero se mantuvo en marquesinas a pesar del avasallador estreno de J.J. Adams, que llegó al país a las pantallas con más de 3 mil copias repartidas en todo el país.

No conforme con eso, el primer largometraje de Samuel Kishi regresará en enero de 2016, en un circuito alternativo nuevo, en otras ciudades donde no ha estado, informó Ozcar Ramírez González, organizador de dicho circuito.

De hecho, Somos Mari Pepa fue el único título nacional en la segunda semana de diciembre.

El único estreno en las dos cadenas de exhibición, Cinemex y Cinépolis, durante la semana del lanzamiento de Star Wars Episodio VII fue El Clan, del argentino Pablo Trapero y no se proyectó en todos los complejos.

“¿Éxito? Nos mantuvimos pero perdimos salas. Yo no diría éxito, diría que fue algo mixto”, dijo Ozcar Ramírez González. “La película ya recuperó, eso si te puedo decir”, agregó.

Somos Mari Pepa es una película de adolescentes, producción mexicana de 7 millones de pesos. Ramírez la describe como una película “una película fresca, divertida, de chavos a los que todo les vale madres, como son todos los adolescentes”, explicó.

Dendtro del circuito de estrenos, todos cines independientes “ya lo hicieron antes, no somos los primeros ni los únicos”, indicó.

Tampoco es un circuito para películas que nadie quiere. “Nos tiene que gustar a nosotros”, declaró.

El lanzamiento de Somos Mari Pepa fue sin marketing, sólo con la ayuda del boca a boca y de redes sociales. “Ahí está la gente que nos interesa”, explicó.

Ramírez González tiene dos títulos en mente para que este circuito siga funcionando, uno que él produce y otro que está en negociaciones.

No está en contra de las dos cadenas de exhibición y tampoco con ellos. Dice Ramírez González que son empresas y eso no se cuestiona.

Sin embargo, sí está en contra del pago del Virtual Print Free (VPF) por el uso de pantallas de cine.

“De entrada te digo que yo con Cinépolis pero por razones personales”, comentó.

“Con Cinemex negociamos y nos dieron una sala en Guadalajara, e incluso pagamos el VPF”, reconoció.

El productor aclaró que el circuito alternativo de exhibición no es un proyecto de beneficencia y que ellos no son “hermanas de la caridad”. “De lo que se trata es que ganen dinero, que los cines no pierdan”, aclaró.

Hace un llamado a los organizadores de circuitos de exhibición para sumarse al esfuerzo y que se repliquen proyectos que ayuden a que el cine nacional llegue más espectadores.

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