Muchos estudios de mercado y encuestas con jefes de Tecnología o Chief Information Officers (CIO) de empresas consolidadas apuntan que la adopción de tecnología, tanto para automatizar procesos como para mejorar la productividad al interior, es una prioridad, siempre y cuando una buena inversión en este rubro se convierta en un valor agregado de competitividad y organización.

Esta tendencia fue bien aceptada por empresas medianas y grandes, que encontraron en las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) un aliado de negocio.

Sin embargo, el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) consideran a la inversión en TIC como un gasto y no como algo redituable, al grado de más del 60 por ciento de las microempresas en México no han adoptado la tecnología, de acuerdo al Censo Económico 2009 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En gran parte del mundo las MiPyMEs constituyen un eje principal económico y en el país no es la excepción, ya que de las 5.1 millones de empresas el 95.2 por ciento (4.8 millones) son microempresas y el 4.3 por ciento (220 mil) son pequeñas, de acuerdo al INEGI.

Hoy en día las soluciones tecnológicas son más asequibles y a precios atractivos, “pero más allá de estar a la vanguardia, las herramientas bien aplicadas demostraron hacer diferencia entre empresas, ya que una buena solución puede significar mejores procesos, más ventas y competencia más equitativa”, explica José Luis Camacho, director y fundador de la pequeña empresa Construcción Forma y Objeto.

Dedicado al sector de la construcción, Camacho dice que “la tecnología le permitió una mayor visibilidad de su proyecto”.

“Empezar un negocio no es fácil, la consolidación será paulatina, eso sí, se debe estar a la vanguardia en tecnologías y sistemas ” finaliza.

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