Hace 51 años la familia Verboonen Espino comenzó un pequeño negocio de comida en la playa Las Gatas, Zihuatanejo, sin saber que su historia familiar estaba relacionada con el emperador Maximiliano de Habsburgo, quien fue fusilado en el Cerro de las Campanas de Querétaro.

Cuando la playa no era tan popular como ahora, aunque ya había turismo extranjero, los Verboonen Espino llegaron a vender refrescos, cervezas y sopes. “La gente venía mucho a eso, a los sopes y el marisco, que se daba por montones, de ahí —señala el mar con el dedo, Cuauhtémoc Verboonen—, sacaban ostiones, almejas y langostas.

“La gente buceaba, pescaba algo y aquí lo preparaban todo, hacían ceviches, sus pescados. En esa época de los setentas había turismo, pero el acceso era muy difícil a Zihuatanejo, aún así llegaba mucho alemán y uno que otro americano, pero más alemanes que nada”.

Desde su negocio, reconocido hoy en día como restaurante Chez Arnoldo, la familia Verboonen Espino vio crecer las zonas hoteleras, también vio aumentar año con año el número de turistas, tanto nacionales como extranjeros.

“El cambio fuerte empezó cuando llegó Ixtapa, porque trajo la zona hotelera, hubo más promoción, se abrió el aeropuerto internacional, en el 76 empezamos a recibir turismo en masa, y por la carretera de Acapulco – Zihuatanejo, que ya estaba en buenas condiciones, fue que tenemos más afluencia, inclusive desde la Ciudad de México, y con el turismo internacional creció la estructura de más casas, hoteles, locales Ixtapa trajo lo suyo, su zona comercial y el boom entró en los 80’s, ahí ya estábamos fuertes”.

Hace apenas 10 años los Verboonen Espino se enteraron que su vida estaba ligada con la historia del Segundo Imperio. Uno de sus parientes, estando en Brasil, lo descubrió. De visita en aquel país, alguien le preguntó: Oye Verboonen, tú ¿de dónde eres? De México, respondió con orgullo. Pero cómo, imposible, si los Verboonen son de Bélgica, le dijeron. Así lo platica Cuauhtémoc Verboonen, sentado en una de las mesas Chez Arnoldo, frente a él, Las Gatas con su mar lleno de turistas.

"Así fue, una persona le dijo a nuestro pariente que los Verboonen son de Bélgica y que son sólo como unos 15, porque son puras mujeres, hay pocos hombres, y está desapareciendo el apellido. Habla al consulado y que te den la lista de cuántos son. Llamó y les dijo: Aquí en México hay como mil. Se sorprendieron, porque ellos andaban buscando a un pariente extraviado que se vino cuando Maximiliano estuvo aquí”.

“Este cuate, Peter Verboonen, era un capitán del ejército de Bélgica, se une a las fuerzas de Maximiliano y se viene como escolta de Carlota, pero cuando llegó estaba la situación muy álgida y lo mandan a pelear con el ejército de Benito Juárez, los capturan y se fueron presos como 10 años, estuvieron en la cárcel de Michoacán. Luego les dieron la libertad y algunos se regresaron a su país, pero Peter decidió quedarse en la región”.

Uno de los Verboonen de Bélgica vino hasta Zihuatanejo a conocer a la familia y comenzó a investigar la historia de Peter, su tumba la encontró en un pueblito cerca de Lázaro Cárdenas.

Cuauhtémoc es de la cuarta generación de los Verboonen mexicanos, quienes nunca se habían preocupado por investigar el origen de su apellido, cuando le preguntaban de dónde proveía, decían: es italiano.

Desde hace más de 15 años Cuauhtémoc se dedica a la pesca deportiva y con toda la familia se coordinan para atender Chez Arnoldo, y se llama Arnoldo porque es el nombre de su padre, un auténtico Verboonen mexicano. En este lugar, aparte de conocer con sus propietarios una pequeñísima parte de la historia de México, podrán degustar diferentes especialidades del mar, todo fresco, productos de la región con un toque tradicional e internacional y con gran amabilidad.

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