Sorpresa grande fue descubrir que Jeans tiene seguidores en Querétaro, no son tantos pero hacen ruido.

La noche del viernes pasado, las integrantes de esta agrupación que se hiciera famosa en la década noventera metieron unas dos mil personas al Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez.

Más sorpresa fue develar que el grueso de los nuevos fans de Karla, Melissa, Angie y Regina, no superan los 25 años.

Dos chicos, por ejemplo, niño y niño, se abrazan, unen sus rostros, se miran con amor, hacen trompa de “dame un beso” y se toman una selfie.

Dos chicas, niña y niña, se encuentran en el tercer escalón de la edad, igual que las sus estrellas. Bailan y saludan a sus artistas preferidas como si fuera su primer fiesta de la secundaria.

Mientras que otro chico, cabellos desteñidos, colita de conejo en la nuca, barba y lentes de pasta; el muchacho, que no supera los 25 años, canta y canta los temas de Jeans y viste una tierna camiseta con la imágenes de Mickey Mouse.

De esta naturaleza es la fauna fanática de las damas de Jeans: varias pintas, de gustos indefinidos y de edades disparejas.

Jeans se presentó en la ciudad de Querétaro, como parte de su gira Déjà Vu, mismo nombre que lleva su más reciente material discográfico, un compilado de éxitos, como “La ilusión de mi primer amor” o “Dime que me amas“.

El álbum también incluye tres temas inéditos: “Dame, Dame”, el primer sencillo, “Aunque hayas dicho adiós” y “Lo que queda de mí”.

Con esta gira que marca su regreso a los escenarios, la agrupación se ha presentado en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México e hicieron lo propio en Guadalajara.

“Que vivan los 90”, gritaron en el escenario, como si fuera una declaración de guerra contra el tiempo.

Ejecutaron cuadros coreográficos elementales y muy disparejos y vistieron gabardinas trasparentes de plásticos color fosforescentes, de las que ya nadie en su sano juicio usaría en la calle.

La damas, a su edad, cantan canciones sobre Pepe, un supuesto novio de la primaria. “Todos tienen un Pepe” expresaron.

El único tema que les sobrevivió durante sus años de gloria fue “Yo no te pido la luna”.

Aseguran que ahora, con la edad y la experiencia (una de ellas es casada), entienden más lo que cantan.

Pero qué complejidad puede tener cantar cosas como “Me, me, pongo mis jeans, camino coqueta como lo hace mi hermana, moviendo la cadera al caminar/me, me pongo mis jeans… ” (“Me pongo mis jeans”).

Jeans fue un grupo de niñas de muy buen ver, que bailaban más o menos y cantaban fatal.

Jeans es ahora un grupo de mujeres, treinta y tantos, de muy buen ver, que bailan más o menos y cantan fatal.

Son un grupo que han pasado a formar parte de los recalentados noventeros para una generación que presume de ser lo menos original.

Si Jeans, siete años después, grupo que perteneció a la segunda división del pop más empalagoso, puede meter gente a un auditorio, cualquiera lo puede lograr.

Magneto ya anunció su también su regreso. Que el santo niño del buen gusto musical nos ampare.

Google News