Un 21 de julio, pero de 1911, nació en Edmonton, Canadá, Herbert Marshall McLuhan, a quien la revista Wired, referente en temas de cibercultura, designó santo patrón.

Marshall McLuhan no solo es conocido por su compleja tesis: “the medium is the massage”,y por haber anticipado los avanzados conceptos de Aldea Global y Edad de la Información.

En él debemos reconocer al explorador que destacó la importancia de los ambientes mediáticos en la comprensión del devenir histórico; quien afirmó que podemos comprender a las tecnologías y los medios como prolongaciones de nuestro cuerpo, facultades y sentidos; que es posible distinguir entre medios calientes y fríos con base en la definición del medio y el grado de participación de las audiencias.

McLuhan además introdujo una interesante Tétrada que permite explicar los cambios culturales generados por los medios y las tecnologías a través de la historia.

Si bien acostumbraba afirmar que no había elaborado una teoría rigurosamente estructurada: “no dispongo de una teoría, solo observaciones”, de facto sí lo hizo, y hoy es reconocido como el fundador de la Ecología de los Medios (Media Ecology).

McLuhan fue un formidable visionario que, en 1964 anticipó Internet en la Introducción del libro Understanding Media. The extensión of man: “Tras tres mil años de explosión, mediante tecnologías mecánicas y fragmentarias, el mundo occidental ha entrado en implosión. En las edades mecánicas extendimos nuestro cuerpo en el espacio. Hoy, tras más de un siglo de tecnología eléctrica, hemos extendido nuestro sistema nervioso central hasta abarcar todo el globo, aboliendo tiempo y espacio, al menos en cuanto a este planeta se refiere. Nos estamos acercando rápidamente a la fase final de las extensiones del hombre: la simulación tecnológica de la conciencia”.

No pocas de las tesis formuladas hace 50 años adquieren sorprendente vigencia: “Las velocidades eléctricas producen centros en todas partes. En este planeta han desaparecido los márgenes (…) resulta fácil predecir que cualquier nuevo modo de trasladar la información afectará a su vez toda la estructura de poder existente”.

Ello precisamente ha ocurrido con Internet. La gestación de un nuevo orden informativo mundial ha erosionado la estructura de poder vigente. Por ende las iniciativas destinadas a censurar Internet (PIPA, SOPA, ACTA, la llamada “Ley de los Compositores”, la iniciativa Döring, etc.), o los intentos de convertir a Internet en un efectivo panóptico digital o Gran Hermano.

Con quince años de anticipación a Alvin Toffler, quien en el libro La Tercera Ola (1979), introdujo el concepto de prosumismo, McLuhan afirmó: “La automatización introduce la verdadera producción en masa, no en términos de cantidad sino en virtud de un instantáneo abrazo inclusivo (…) La automatización no afecta solamente a la producción, sino a todas las fases de consumo y comercialización; en un circuito automatizado, el consumidor se convierte en productor, del mismo modo que el lector del mosaico de la prensa telegráfica se hace sus propias noticias o, simplemente, en sus propias noticias” (McLuhan 1996. 351-354).

En años recientes la evolución de Internet ha impuesto profundas transformaciones en la ecología cultural de las sociedades contemporáneas, modificando, incluso, elementos que ayer permitían comprender la dinámica del proceso comunicativo.

Para explicarnos la complejidad de los cambios que ha introducido Internet –y que definitivamente seguirá introduciendo, resulta indispensable recuperar a McLuhan”. Nada más práctico que una buena teoría.

*Doctor en Ciencias Sociales. Investigador y consultor en la Dirección Adjunta de Innovación y Conocimiento de Infotec.

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