El actor Germán Bracco pronto estrenará la segunda temporada de ¡Yo soy yo!, una serie original de Canal Once que fue lanzada por primera vez en 2015 incluyendo temas como bullying, discriminación y otras formas de violencia que aquejan a los jóvenes.

En la trama, Bracco interpreta a Francisco, un adolescente frívolo y fanfarrón que a causa de la ausencia e indiferencia de sus padres, además de la falta de amistades, crea a Yo!, un simpático monstruo peludo de dos metros, que le ayuda a tomar decisiones asertivas durante su sinuoso camino hacia la adultez.

A través de la historia, se abordan los estereotipos sociales y la discriminación hacia grupos culturales y tribus urbanas —punks, hiphoperos, rastas, nerds, etcétera—, además de la situación de los adultos mayores y las personas con capacidades diferentes.

“En la segunda temporada, Francisco va a enfrentarse a la vida, a lo que el destino le marca y no puede flaquear. Son situaciones que lo empujan, como a cualquier otro joven, a crecer, madurar y aprender que la vida no es color de rosa”, adelanta el actor, y agrega que el proyecto, que se estrenará en el tercer trimestre de este año, es una forma acertada de crear conciencia.

“No es una serie comercial que busque la aceptación del público, lo que verdaderamente persigue es sembrar conciencia en la sociedad. Incluso nos han llegado mensajes de profesores agradeciendo por el programa, pues utilizan la serie como estrategia pedagógica para abordar los temas en clase”, dice el histrión de 19 años.

¡Se abre el telón!

Además de la serie, Germán da vida a uno de los personajes de la obra La sociedad de los poetas muertos, la cual fue estrenada en abril de este año en el Nuevo Teatro Libanés, de la Ciudad de México.

Esta adaptación teatral está basada en la novela de Nancy Kleinbaum y presenta la historia del profesor John Keating —interpretado por Alfonso Herrera—, quien incentiva a sus estudiantes a ser la mejor versión de sí mismos.

Al igual que la televisión, Bracco asevera que su primera experiencia en el teatro comercial le permitió confirmar que esta plataforma permite inspirar más fácilmente a las personas, a poner manos en acción sobre sus propias vidas.

“No importa todo lo que implique, te das cuenta que vale la pena estar en el teatro; alguna vez escuché que decían que el cine es para el director y el fotógrafo; la televisión para el escritor, y el teatro para el actor, pues es ahí donde éste encara la responsabilidad completa de mandar un mensaje. Aunque el teatro no te hace ni rico ni famoso, te da la oportunidad de inspirar a las personas a hacer algo con su vida”, apunta.

Finalmente señala que aunque a veces es complicado centrarse en emitir un mensaje transformador, por las características de algunos proyectos, los profesionales siempre pueden aprovechar los focos y la preferencia de sus seguidores, para contribuir a la solución de problemáticas que aquejan al país en la actualidad.

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