La llamada "profecía maya" del próximo 21 de diciembre ha llamado la atención a visitantes del Museo Nacional de Antropología (MNA), tanto que la sala dedicada a esa cultura y la exposición temporal "La sociedad y el tiempo Maya" registran una gran afluencia en este inicio de periodo vacacional. Durante un recorrido se constató que decenas de personas, en su mayoría extranjeros, acuden a este recinto para "quitarse las dudas" sobre este presagio, marcado para el solsticio de invierno, el próximo 21 de diciembre, fecha que coincide con el fin del décimo tercer Baktún, periodo de 144 mil días del calendario maya que inició en el año 3,114 a. C. y dura cinco mil 125 años. Incluso, personal que custodia las salas ha reportado que son estadounidenses y europeos los que mayor interés han mostrado sobre el tema, y que visitan de manera especial dos de las 22 salas que alberga el museo. En el caso de la exposición "La sociedad y el tiempo maya", el visitante hace un recorrido a través de la cosmovisión de esa cultura, que se ganó un lugar en la historia gracias al desarrollo de un sistema de escritura, un avanzado conocimiento matemático y la precisión de sus calendarios y observaciones astronómicas. Un total de 200 piezas prehispánicas, entre objetos de cerámica, metal, concha, piedra e imágenes de códices, provenientes de México y Guatemala, explican la manera en la que el tiempo estuvo ligado a la vida ritual y cotidiana de los antiguos pueblos mayas. Entre las obras, destaca una reproducción del Monumento 6 de la zona arqueológica de Tortuguero, jeroglífico cuyo original se encuentra en el museo "Carlos Pellicer" de Villahermosa, Tabasco, y que hace referencia al fin de la quinta era. Ciclo actual que finaliza el 21 de diciembre próximo y que alude al descenso de Bolon Yocte (deidad maya) , aunque la estela se encuentra deteriorada, incompleta, y se desconoce el objetivo verdadero con el que fue hecho. "El treceavo Baktún terminará en 4-Ahau, 3-Kankin... Ocurrirá. Será el descenso... de Bolon Yocte...", refieren las cédulas de la muestra y donde se encuentra la réplica de esta estela, la cual se aprecia rota y falta el final de la narración que hace de este dios asociado al inframundo, la muerte y la guerra. Además, la Sala de la Cultura Maya es la otra en la que decenas de personas quedan fascinadas al admirar las mejores obras de esta cultura, como estelas, esculturas y vasijas, entre otras piezas. Entre los atractivos figura la reproducción de la tumba de K'inich Janaab' Pakal, que incluye con claridad una reproducción del Templo de las Inscripciones, de Palenque, donde se encuentra la original, así como su ajuar funerario elaborado en jade y piedras preciosas. De igual manera, los visitantes admiran y se toman fotografías al lado de reproducciones de edificios mayas, entre ellos el que aloja los murales de Bonampak, máxima expresión pictórica del arte maya. De las 22 salas con las que cuenta el museo, el visitante aprecia también con gran interés las dedicadas a la cultura mexica, teotihuacana y la que hace introducción a la antropología. En el caso de la mexica, la sensación es el Calendario Azteca, en donde chicos y grandes se toman la fotografía del recuerdo al lado de la también llamada Piedra del Sol. Se trata de la sala más representativa del museo y una de las que más piezas arqueológicas tiene en exhibición. La muestra representa el poderío y la importancia que alcanzó, durante el periodo Posclásico Tardío (1250-1521 d.C.) la cultura mexica. En esta sala, en la que los objetos de la sala son muestra de la supremacía y la cosmovisión de este pueblo; el visitante aprecia magnificas obras escultóricas de gran formato como la Coatlicue, la Piedra del Sol y la Piedra de Tizoc, descubiertas a finales del siglo XVIII. Así como el recipiente para ofrendas, llamado en náhuatl cuauhxicalli, en forma de felino, lo mismo que esculturas de menor tamaño, pero también de excepcional trabajo con representaciones de varias divinidades. También podrá ver piezas de lapidaria, entre las que destaca la vasija de obsidiana en forma de mono. Sobresale también la maqueta del mercado de Tlatelolco, ciudad ubicada al norte del islote, que albergó el mercado más grande y que permite al visitante conocer el sistema comercial de los antiguos mesoamericanos. Por lo que hace a la cultura Teotihucana, se muestra el gran desarrollo cultural que tuvo esta urbe del altiplano central y que tuvo su mayor auge durante los primeros 100 años de nuestra era, hasta llegar a ser la ciudad más planificada e influyente del periodo clásico. Entre las obras que más llaman la atención de los visitantes son la réplica da la pirámide de la serpiente emplumada y el mascaron identificado como el Dios de la Lluvia, y que en conjunto propician la vida, la acción fecundadora y la subsistencia humana. Por último, se encuentra la sala titulada "Introducción a la Antropología" en la que estudiantes y niños acompañados de su padres acuden a este espacio, originalmente concebido como un lugar para acercar a los visitantes a las cuatro ramas en que se divide clásicamente a la Antropología: física, social, etnología y lingüística. A través de diversas maquetas, el visitante es testigo de la evolución socio-cultural del ser humano, su diversidad y las relaciones entre el medio ambiente y las sociedades humanas.

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