Entre canción y canción, en el Trova Fest de Querétaro 2015, se recordaron a los muertos por los atentados de París y a los de México.

“Contar el terrorismo, cualquiera que sea su forma”, dijo el español Luis Eduardo Aute el segundo día de actividades. “Por nuestros hermanos franceses”, afirmó el cubano Francisco Céspedes en concierto de clausura, el domingo pasado.

Días antes, el director de la Fundación El Faro de la Cultura AC y organizador del show, informó que el Congreso Federal había ya autorizado el nuevo presupuesto para el Trova Fest de 2016.

“Me acaban de enviar un mensaje diciéndome que el recurso fue aprobado, ahora falta saber de cuánto es”, informó el cantautor.

El primer festival de trova de Querétaro en 2014 se llevó a cabo con un presupuesto de 5 millones de pesos y en ediciones pasadas se lograron reunir unos 40 mil espectadores.

La primera edición del festival abarcó dos días y presentó al cubano Pablo Milanés en concierto, luego de varios años de no pisar escenarios mexicanos.

Este año fueron tres días y más de 30 cantantes y compositores de países de Iberoamérica.

España fue el país invitado y la presencia de las mujeres la sorpresa de la jornada.

Al señor Luis Eduardo Aute lo programaron a las 11 de la noche y terminó entrada la madrugada. En esas condiciones, ni el mejor de sus poemas eróticos aplacaba el frío y más que encontrar “rosas en el mar”, el espectador se conformaba con un gabán para el frío.

Algo similar pasó con Céspedes. Salió al escenario ya de muy tarde, cuando muchos de los espectadores ya buscaban la cena y hacía camino en busca del calor de sus casas.

Eliud Falomir fue quien abrió el Trova Fest 2015 en Querétaro. Joven de 20 y tantos años que sabe de trova y de peñas y de canciones de contenido social sólo por los libros y por lo que le contaron sus mayores.

Espacio destacado tuvieron los trovadores queretanos, como Manuel Alcocer, quien gusta de presumir su look de Cristo crucificado. También se lució con la guitarra.

Se rompieron estilos musicales y se redefinieron los límites de la trova original. Algunos, como Bernardo Quesada, de Costa Rica, quien se olvidó de la guitarra acústica y el silloncito de trovador. Salió con guitarra eléctrica y piano eléctrico.

Edgar Oceransky, el anfitrión, recordó al trovador “que no sale en la televisión y no suena en la radio”.

Las integrantes de Ella Baila Sola, dos españolas de muy buen ver, reiteraron que a ellas sí les gusta ser comerciales y ser “reinas entre tanto galán”, que eso del feminismo tampoco les va.

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