MADRID.— Roma Calderón lleva desde los 17 años subida en un escenario haciendo cabaré. Desde pequeña ya soñaba con ser artista y era tal su fuerza, que aprendió a correr antes que a andar. Cuenta su madre que corría por el pasillo de su casa, se chocaba contra la pared, y volvía a levantarse para seguir con la carrera.

Ahora dicen de ella que es un auténtico animal escénico y que desprende arte por todos los poros de su piel. Ella se define como salvaje, natural y apasionada.

Dice que está “para crear y regalar belleza”, y que se ha pasado toda su vida “enseñando la vida y el alma”. Y también “las bragas”, bromea.

“Los artistas tenemos una responsabilidad: somos responsables del crecimiento de conciencia de la humanidad, somos el avanzadilla del alma humana”.

Lo cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL pocos días antes de viajar a la Ciudad de México donde va a participar en el XII Festival Internacional de Cabaret que comenzó el 14 de agosto y termina el 30 del mismo mes. Un encuentro, el único de cabaret que se celebra en el mundo, en el que participan artistas de distintos países.

Ella protagonizará The Lovers, un espectáculo con un humor canalla, coreografías disparatadas y música en directo que dura dos horas, creado y dirigido por ella y en el que sólo actúa ella. Y un espectáculo en el que narra su vida sentimental, sus escarceos amorosos y su arte amatoria, experiencias “todas reales”, aclara, que ha tenido con novios, ex novios y amantes, que provocan “que muchas mujeres se sonrojen”, explica.

“Es alucinante cuando entienden el mensaje”, dice. “Porque todos sentimos lo mismo y necesitamos lo mismo: ser amados. Así que muchas mujeres me abrazan y me lo agradecen porque me pongo en evidencia delante de ellas y digo cosas que ellas no se atreven a decir o a aceptar”, cuenta.

También sus parejas, ex parejas, amantes y ex amantes la han visto y a todos les ha gustado. “En realidad esta obra es un homenaje a ellos y yo soy también el resultado de lo que he vivido con ellos porque uno es un puzzle formado por todas sus experiencias”, explica.

La obra tiene tres niveles de lectura. “Es muy divertida porque el personaje es un poco loco y porque cuenta sus experiencias amorosas sin tapujos”, dice.

“También es una obra que tiene mucho trabajo detrás, con una música muy original y elaborada y en el que aparezco en bragas (calzones) pero con un look muy cuidado”, añade. Y además tiene un tercer nivel de lectura que es el mensaje que lanza. “El de que el ser humano está diseñado para amar pero culturalmente estamos capados y Disney nos ha hecho mucho daño”, asegura. “A lo largo de los años nos han vendido una idealización del amor”, añade. “Pobres de todos nosotros por lo mal que estamos educados y porque así no podemos tener salud emocional”, añade. “Yo creo que ahora nos relacionamos con poco amor, de niños nos dan mucho amor pero luego poco a poco va desapareciendo, y por eso así de mal está el mundo”, concluye.

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