Inspirado en los espectaculares encuentros de lucha libre sobre el ring, se ha creado “Cavernario”, un espacio para el buen diente, donde la batalla estelar la dan las hamburguesas artesanales.

Ubicado en el Centro Histórico, el restaurante es encabezado por la chef Joselin Soto y Francisco Castillo, quienes han reinventado este manjar tan querido por los mexicanos, a través de su elaboración casera y orgánica, que se adapta tanto al gusto del más carnívoro, como al de quienes prefieren alternativas veganas.

Confortables sillas y mesas de madera dispuestas sobre el Andador Matamoros, invitan a los paseantes a quedarse para disfrutar de la experiencia gastronómica, que es aderezada por una extravagante decoración que, con cada uno de sus elementos, transporta al ring de la Arena Querétaro.

Máscaras de papel maché, miniaturas caricaturescas de consagrados de la lucha libre como Místico, y una exposición fotográfica permanente del artista plástico Hermes Dorantes, dan vida a este concepto.

“Cuando éramos niños, mi hermano Román y yo, solíamos pasear con la abuela, doña Martha Avendaño, una señora muy tranquila como de 50 años que nos llevaba tanto a darles de comer a las palomas como a las luchas, y le gustaba mucho el Perro Aguayo, tanto, que decía que era su novio. Así que cuando le pegaban, imagínate todo el repertorio de groserías que salía de su boca”, comparte Francisco entre risas, quien junto con su familia, decidió convertir esta anécdota en la idea central del proyecto.

Hamburguesas “a dos de tres caídas”
Hamburguesas “a dos de tres caídas”

El sazón corre por cuenta de su esposa Joselin, quien tuvo el sueño de abrir su propio restaurante desde que comenzó la carrera de Gastronomía, en la Universidad Internacional de Querétaro.

Su gusto por el arte culinario nació desde muy pequeña, cuando se metía a hurtadillas en la cocina de sus abuelas, que seguían fieles la frase popular “panza llena, corazón contento” y como tributo a esta remembranza, siempre busca dar un toque casero y mexicano a cada una de sus creaciones.

Para una experiencia completa, las especialidades de la carta evocan los nombres de técnicas y llaves de la lucha libre que suelen ser aplicadas por estrategas como el Cavernario Galindo, legendario combatiente del ring de los años 30, que inspiró el nombre de este recinto.

Tal es el caso de la hamburguesa que lleva por nombre ‘La Cavernaria’, que se prepara con carne de sirloin, tiras de tocino, jamón, queso manchego, huevo estrellado, lechuga, jitomate y aguacate, y que es descrita por el fundador del lugar como “digna de campeones”.

“La primera vez que la probé no me la acabé, hasta que con el tiempo fui haciendo más estómago”, recuerda Francisco entre risas.

Hamburguesas “a dos de tres caídas”
Hamburguesas “a dos de tres caídas”

La opción vegana es ‘La filomena’, con carne de lenteja, hongos asados, cebollas caramelizadas al vino tinto, lechuga, jitomate y aguacate.

También está ‘El Tirabuzón’, a base de camarones al mojo de ajo; ‘La Quebradora’, elaborada con arrachera y guacamole; ‘La Tapatía’, con tiras de pollo bañadas en salsa barbecue, y ‘La Nelson’, hecha con salmón marinado en hierbas, para los antojos sofisticados.

Cualquiera de estas opciones van acompañadas de la ensalada ‘La Hurracarrana’, gajos de papas cortadas al instante o aros de cebolla.

Y para los que busquen culminar la comilona con un buen postre, se ofrecen algunos aperitivos dulces como la tarta de chocolate con naranja, frusting de dátiles y nuez, elaborada sin gluten y bajo un concepto 100% vegano.

Hamburguesas “a dos de tres caídas”
Hamburguesas “a dos de tres caídas”

Ubicado en Andador Mariano Matamoros #20, Centro Histórico.

Abren de martes a sábado, de 9:00 a 22:00 horas, y domingos de 9:00 a 17:00 horas.

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