La diseñadora española Ágatha Ruiz de Prada develó un mural de 15 x 7 metros que donó al municipio de Querétaro y firmó autógrafos a quien comprara su nuevo perfume.
Las autoridades locales pondrán el mega cuadro a un lado del auditorio municipal. “Les pido al alcalde y a las autoridades que lo cuiden, porque es importante que nos lo cuiden”, reiteró la artista.
El mural tiene en el centro un corazón de mil colores chillones y sicodélicos y es como toda la obra de esta diseñadora: un poco simple y estrafalaria.
Ágatha Riuz de Prada donó el diseño para el mural, pero no lo hizo ni lo financió. Lo pintaron una decena de artistas queretanos, coordinados por Ricardo Mosterin.
Los pintores locales fueron reconocidos al final del evento, que tuvo lugar en el Museo de Arte de Querétaro.
Los jóvenes no trabajaron con la artista, no conocían su trabajo y ni a ella en persona, “y me da igual”, dijo Mosterin a EL UNIVERAL Querétaro en un momento de franca honestidad.
La española ha develado y donado murales parecidos en países de América Latina, como Chile y Argentina, entre otros.
Su próxima pasarela, donde mostrará sus coloridos diseños, será en Gambia, un país tan pobre que no tiene ni para comprar ropa.
En su discurso, Ruiz de Prada dijo lo que antes había dicho a la prensa: “que es un honor develar un mural en México, el país de los muralistas”.
Antes, declaró: “quise ser artista, pero no pude y me convertí en diseñadora”.
¿No cree usted que su obra es muy ochentera?
-Definitivamente.
¿Quién le copió (en estilos y colores) usted a Pedro Almodóvar o él a usted?
-En todo caso yo a Almodóvar, porque él es más grande, somos contemporáneos.
Ambos compartimos la “movida madrileña”, en una época de libertad que hubo (a finales de los 80 y los 90) y que fue una expresión de la libertad, de fiesta y de color.
¿Se considera una diseñadora retro?
-Me considero una diseñadora muy pop, porque yo cuando nací, en 1960, fue la época más optimista de la historia: el amor libre, los hippies, la ecología, la paz.
Pero el optimismo ya no está de moda.
-Claro, pero que yo me he quedado ahí.
