Desde morro le gustó el rap, dice Kipper, hablante del mazateco, y ahora el rap es todo en su vida. Sus rimas mezclan la lengua que aprendió de su madre, con el español que perfeccionó en la escuela bilingüe de su pueblo, San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca. Ahora radica en la Ciudad de México y cuando no rapea en los camiones, está dando cátedra en los slam poéticos, encuentros en los que siempre sale triunfador, platica con orgullo.

El rap indígena quiere ser viral
El rap indígena quiere ser viral

“Yo empecé a hacer rap desde la secundaria, bien morro, fue algo que me dejaron los amigos, luego vi que la banda hacía música en lengua indígena, y dije: yo también puedo, voy a ser rapero en mazateco y voy a ser de los primeros, y con unos amigos empecé, subimos las canciones a Internet y tuvimos muy buen inicio, se empezó a hacer viral, y así me contactan y me invitan a presentar mi música, estoy llevando mi lengua, mi raíz y mi cultura a otros lugares, sin pena y sin sentir vergüenza”, cuenta Kipper, quien lleva por nombre original José Antonio Andrés Bolaños.

Kipper, junto a Yune Va’a, hablante del cuicateco; Cecilia Rivera, de Huantla de Jiménez, Oaxaca; y el músico argentino Amambay, quienes participaron en el Primer Encuentro de Rap Indígena, organizado por Yosoyoho en Querétaro, con el objetivo de revitalizar las lenguas originarias a través de la música.

El rap indígena quiere ser viral
El rap indígena quiere ser viral

Alfredo Díaz Nabor, más conocido como Yune va’a, (del cuicateco, Yune: viento, Va’a: casa, “casa del viento”), es originario de Santa María Pápalo, Cuicatlán, Oaxaca, lugar que dejo para irse a la Ciudad de México en donde estudia Ingeniería en Recursos Renovables, sus tiempos libres los dedica a producir su música y sus letras son una mezcla de español y cuicateco.

"Me ha gustado mucho el rap desde chico, como tal quería hacer algo diferente a todos los demás que estaban haciendo rap en español y como en algún momento llegué a escuchar a algunas bandas que hacían rap en sus lenguas, entonces dije, yo hablo una lengua y no estoy haciendo nada con ella, por lo que surge la idea de empezar a hacerlo, comencé con unas cuantas frases y después conociendo a Mente Negra se formaliza todo un proyecto, que está basado en revitalizar y rescatar la lengua, porque el cuicateco es una lengua que está en peligro de perderse”, platica Yune Va’a.

Consciente de que otros jóvenes no hablan su lengua ni la promueven, algunos por miedo a la discriminación, misma que él padeció aunque dice no hizo caso, manda como mensaje a las nuevas generaciones estar orgullosos de su lengua y sus costumbres.

“El mensaje es para cada persona que sabe hablar una lengua, ya que todos tenemos ese origen étnico; que nunca la pierdan. Yo utilizó mucha una frase: hablar una lengua indígenas es una muestra de resistencia, porque está en ese sentido que las lenguas siguen resistiendo a pesar de todos los sucesos de globalización; no pierdan la lengua ni las costumbres, es un hecho que van a ir trascendiendo por cuestiones de actualización, y hay que seguir resistiendo para que no se pierda”, agrega.

Su experiencia en Europa, donde la música contemporánea se mezcla con sonidos ancestrales, llevó el músico Bravo Corco (Amambay), a realizar un estudio y producción con las lenguas originarias de Latinoamérica.

Amambay es de Argentina, país en donde también viven el mismo problema con respecto a la extinción las lenguas maternas.

“Estaba tocando en Francia, allá se mezcla mucho con música de raíz negra y en un momento me puse a pensar, hay que mezclar la música de Latinoamérica de la misma manera, con la electrónica, con los ritmos bailables como se hace en Europa, y empecé a investigar, hasta que fui a Colombia y ahora estoy en México en donde noto que hay muchos chicos que les dan muchas ganas de cantar, de expresarse, pero sienten vergüenza porque están invadidos por la globalización, pero ellos mismos se van dando cuenta que es mejor volver a sus raíces, la lengua que hablan sus abuelos, porque eso también enriquece a su pueblo”, explica el músico, quien ya trabaja con Kipper y Yune Va’a.

Nicolás Hernández, creador de la productora Mente Negra, dice que hay muchos jóvenes interesados en hacer música con su lengua indígena, el público también está creciendo e Internet ha servido para hacer viral esta mezcla de lenguas y sonidos. Mente Negra tiene siete años apoyando proyectos que mezclan las lenguas maternas y nació recordando los orígenes de su productor.

El rap indígena quiere ser viral
El rap indígena quiere ser viral

“Yo soy hijo de padres indígenas, mi madre es de Oaxaca, mi padre de Hidalgo, y respectivamente cada uno de ellos habla mixteco y náhuatl, pero ellos no me pasaron a mí la lengua materna porque migraron a la ciudad, y yo estando dentro del movimiento hip hop, tuve que hacer ese recuento de mi historia personal y eso me llevó a comprender que era muy importante el uso, valoración y rescate de las lenguas maternas, es por eso que decidí enfocar mi producción a esa parte, con el objetivo de hacer que se mantengan vigentes y darle un lugar importante a las comunidades indígenas”, explicó Nicolás Hernández.

En la página www.mentenegra.com se pueden conocer los proyectos que se han creado con el objetivo de promover las lenguas indígenas de México, a través de la música.

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