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TEL AVIV.— Desde este miércoles por la tarde, una destacada escultura mexicana adorna uno de los puntos más concurridos en los últimos años en la ciudad de Tel Aviv. El puerto -“namal” en hebreo- convertido sin duda en una zona moderna, de gran atractivo para familias enteras todo el día, para jóvenes por las noches y hasta para ciclistas y amantes del deporte, tiene desde ahora un nuevo punto de atracción: “las Alas de México”. “Este es el principio de un proyecto bien largo, bien grande y bien ambicioso que consiste en colocar ocho réplicas de esta misma pieza en diferentes lugares del mundo, en un afán de compartir un anhelo de todo lo que te implica un par de alas”, dijo a EL UNIVERSAL el artista Jorge Marín en la ceremonia de presentación de la escultura. “No quiero ni siquiera definirlo yo. Se trata justamente de que cada gente que se coloca ahí enfrente viva su propia experiencia”. La verdad es que eso no tardó en llegar… apenas finalizó la ceremonia y los mismos dignatarios se fotografiaron junto a Las Alas, como ya todos las llaman, y el primero fue el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai. Acto seguido, apenas se fueron “los grandes”, llegó un joven padre israelí que andaba en bicicleta con su hijo Idan, y se tomó una foto junto a la pieza. “Es que esto es un símbolo universal. Unas alas son sin duda un elemento motivante. Y ahí están para que cada uno sienta lo que es ponerse un par de alas. Además, es un concepto orgullosamente de México para compartir con el mundo”. El embajador de México en Israel, Federico Salas, destacó la importancia de la escultura de Marín para el DF y se manifestó seguro de que serán “una sensación” también en Tel Aviv. “Espero que Jorge Marín me permita un vuelo de imaginación si digo que su obra, estas alas, son sólo la mitad de la obra. La otra mitad la dan esas miles de personas que se paran aquí y se convierten por unos pocos segundos en un pegaso humano moderno, cada una de ellas creando su propia versión de esta obra artística y fundiéndose con ella”, agregó. La colocación de la réplica de las Las Alas en Tel Aviv es una primera estación de un proyecto más grande y ambicioso que incluirá a otras siete ciudades en diferentes partes del mundo. “Ya estamos trabajando con Río de Janeiro, Berlín, Shanghai…”, confirmó el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Erbrard. “Es muy importante porque México estaba ensimismado y ahora estamos saliendo al exterior. Así que promovemos la imagen de la ciudad en el exterior”, dijo. El escultor explica por qué la primera estación es Tel Aviv, en Israel. “Hemos tenido mucha suerte y mucha buena voluntad de este país. Aquí es donde se nos ha facilitado mayormente para empezar el proyecto”. Y también ve el significado de fondo en esta ubicación: “Esto me toca ante todo desde lo histórico. Es un lugar que es como una cuna de una buena parte de la humanidad… De allí pasamos a otras civilizaciones y expresiones culturales fuertes que tiene el mundo. Es simbólico que donde empieza nuestra cultura occidental en buena medida, yo empiezo también el proyecto”. La escultura fue donada a Tel Aviv por la comunidad judía de México, representada en la ceremonia por Luis Wartman, quien se dijo, como mexicano y judío, orgulloso de poder combinar ambas cosas.