Pegueros es el lugar de Querétaro que más le gusta al compositor Martín Urieta, el autor de “Mujeres divinas”, que se ha convertido en el himno de bohemios, como el dueño de este lugar, don Pablo Pegueros.

En este sitio se sirven chamorros de cerdo horneados en horno de piedra, se toma en trago con los amigos o la familia, y se escuchan mariachis todos los días, menos los lunes y eso porque ese día no abre.

“Necesitamos que sean mariachis buenos, porque si son malos no pueden acompañar a la gente a cantar”, dijo el dueño.

Martín Urieta canta en Pegueros dos veces por año, el 9 de mayo y el 8 de diciembre, que es el aniversario del lugar.

Han visitado, comido y cantado en este restaurante Manuel Monterrosas (“Cuando yo quería ser grande”), los letristas Humberto Estrada, Eduardo Castro, Jorge Macías (“Lástima que seas ajena”) y Fato. Cantó también Ema Elena Valdelamar (“Cheque en blanco”) y muchas más.

Otro cliente del lugar es el llamado “Jefe de jefes”, Teodoro Bello, quien ha escrito para los Tigres del Norte y la Banda El Recodo, entre muchos otros.

Para que no haya dudas de lo que se presume, las paredes rudas y descarapeladas en Pegueros están llenas de imágenes de los respetados cantantes, desde Urieta, pasando por Alberto Ángel “El Cuervo”. También hay un retrato de Frida Kahlo, “pero nada que ver”, afirmó el dueño.

Don Pablo Pegueros, de 69 años, regentea Pegueros desde hace décadas, antes era una cantina, Las Camelitas, él era un cliente más, pero gracias a un préstamo lo adquirió y le cambió el nombre.

Es un hombre rudo, de campo, y orígenes humildes, viste como los personajes de las canciones de los Tigres del Norte: de sombrero, platicador y le gusta compartir los tragos. “El mariachi es mi vida”, declaró.

Nació en una ranchería cercana a San José Iturbide, Guanajuato, es el mayor de una familia con 16 hijos. Llegó a Querétaro a los 12 años, primero fue militar, luego policía y, más tarde, motociclista. “Diosito me echó la mano para tener facilidad para manejar la moto”, manifestó.

Para ser un buen oficial de seguridad pública tienes que ser es ser disciplinado y “saber obedecer a tus superiores, saber respetar y luego saber mandar, porque él es tu jefe, por algo está ahí”, aclaró.

Explicó que la base de un restaurante es el servicio, independientemente de que si tiene buena o mala comida. “Lo que cuenta es cómo te atienden, que la gente te recomiende y que la comida que no sea tan mala”, señaló.

Su tema favorito es “Cruz de olvido” del difunto Juan Záizar, la misma canción que le pidió su santa madre para su funeral.

“Le voy a contar, en Tequisquiapan hay un lugar que se llama La Querencia, en ese entonces yo era jefe de seguridad del gobernador, Antonio Calzada, en una gira, un hombre se sentó frente a nosotros y nos dijo, les voy a cantar una canción que acabo de escribir y era ‘Cruz de olvido’”.

“Así quedó, y cuando mi madre iba a morir me dijo, cuando me muera que me canten ‘Cruz de olvido’. ¡Qué barbaridad!”, recordó el hombre.

Cuando muera, don Pablo Pegueros quiere que lo entierren con mariachis y que le canten su canción favorita, “El son de la negra”.

Su dicho favorito. “Decía mi abuelo, no hay cosa más buena en el mundo que estar enamorados, no importa que sea de una mujer”.

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