La artista plástica Fabiola Andrade impartió en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO) un taller de cartonería, que gira en torno a uno de los íconos nacionales más característicos de la celebración del Día de Muertos: La Catrina.

En punto de las 11:00 horas, niñas y niños de diferentes edades, caminaron  a través de las principales salas de exposición del MAQRO, para dirigirse hacia uno de sus patios internos, donde la creatividad y la imaginación fueron orquestadas por la joven artista egresada de la Facultad de Bellas Artes, quien desde hace 20 años domina la técnica de la cartonería.

Aunque lleva mucho tiempo impartiendo el taller, este año decidió que La Catrina sería el centro del proceso creativo de los pequeños, para que sus esculturas hechas de cartón formen parte de las ofrendas.

A lo largo de dos horas, y con ayuda de sus mamás, cuatro niñas trazaron la figura de la calaca, mientras la facilitadora les narró la historia detrás del simpático personaje, que desde hace 108 años sintetiza de manera chusca y divertida, la realidad social y cultural de México.

“La historia de La Catrina comienza con uno de los grabados de José Guadalupe Posada, quien originalmente utilizó el mote de La Calavera Garbancera para nombrarla, debido a aquellos personajes de sangre indígena que se dedicaban a vender garbanzo en el siglo XIX, y querían aparentar ser europeos, además de verse más estilizados”, narró Andrade, quien también relató la forma en que el pintor Diego Rivera popularizó esta figura a través del mural “Es el sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” en 1947, donde ataviada con un vestido afrancesado y un amplio sombrero con plumas de avestruz, aparece sonriente en compañía de un catrín.

Proceso de modelado.

Remojando pedacitos de papel periódico en engrudo —una mezcla hecha a base de maíz de trigo y agua—, los niños siguieron la forma curvilínea de las catrinas que construyeron a través de una estructura de metal.

Mientras esperaban a que se secaran las capas, la artista les mostró un alebrije de colores para enseñarles la consistencia que tendría su escultura al final, compartiéndoles además la historia de esta técnica de modelado, cuya creación se encuentra vinculada al ciclo de festividades rituales de la iglesia católica, como el Sábado de gloria, en el que se acostumbra la quema de judas de cartón, así como las posadas con la fabricación de piñatas.

Más tarde, ilustró cómo los artesanos popularizaron la cartonería a través del uso de esta técnica popular para la creación de otras figuras, como la Miss Lupita.

“Esta muñeca tradicional, que generalmente se le encontraba en los puestecitos de las ferias, traía un traje de baño muy afrancesado, y unos aretes súper coloridos. Los artesanos la crearon porque las muñecas de antes —que eran de porcelana—, resultaban muy costosas”, señaló.

Tanto las mamás como las pequeñas artistas, intercambiaron preguntas acerca de la cartonería con Fabiola, quien incentivó el diálogo entre todos los involucrados, con el objetivo de afianzar el conocimiento sobre la técnica y contribuir al fortalecimiento de los lazos comunitarios y familiares.

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