“Sí, la escritura me salvó”, reveló el español Juan José Millás en el Hay Festival Querétaro 2018. El escritor dijo que en la España en la que nació, ser lector era una actividad muy perseguida, que incluso daba miedo, y para él fue su principal refugio.

Pero ahora que todos, padres, maestros e instituciones gubernamentales, pugnan por la lectura, ya no está llamando tanto la atención, y Millás aseguró que si ahora mismo tuviera 15 años, en lugar de los libros, mejor se dedicaría a los videojuegos.

“Los niños lectores dábamos mucho miedo a nuestros padres y profesores, y ahora uno de los problemas  es que se lee menos, eso se dice, es que de repente en unos años se  ha establecido un consenso según el cual la lectura es buena, y si  le preguntan a un padre si le gustaría que sus hijos leyeran, diría que sí, si cuestionan a los maestros si les gustaría que sus alumnos leyeran, responderían que por supuesto, y si le preguntan al  ministro del Interior si la lectura es buena, contestaría: ‘la lectura es buenísima’. Pero pienso que si yo tuviera 14 o 15 años,  ¿me gustaría una actividad que le gustaría a mis padres y al ministro de Interior? No, seguro no leería, yo me habría dedicado a los videojuegos, que eso sí produce inquietud, ahora yo sería un autor de videojuegos”, dijo y todos los asistentes a su conferencia rieron.

"Que nadie duerma" es la novela que atrajo una gran cantidad de lectores al Museo de la Ciudad para escuchar de voz del escritor español, detalles de cómo surgió esa historia suya sobre una joven que decide convertirse en taxista, al perder su empleo.

En esa charla, uno de los asistentes le preguntó al experimentado escritor, ¿si la escritura lo había salvado?

“Sí, la escritura  me salvó. En la España en la que he nacido la salvación tenía un sentido cristiano, es decir cuando hablo de salvación, aunque yo soy ateo, inevitablemente eso está   en mi tuétano, de hecho pienso en la salvación en un sentido cristiano, no digo racionalmente pero inconscientemente sí.  (...) Y se lee por alguna razón, se lee porque uno no está bien, imagínense a un chico  de 20 años leyendo, un sábado por la tarde, a Madame Bovary, está muy mal, entre el lector y el escritor no hay mucha diferencia y actúan por lo mismo, porque no está bien”, sentenció.

arq

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