El chef Rafael Hernández asegura que tiene más de 100 recetas de platillos queretanos y si quisiera podría preparar uno cada día del año, sin repetir alguno.

Jura y perjura este hombre, quien lleva más de 20 años dedicado a los fogones de Querétaro, que la cocina queretana sí existe y es una de las más ricas en variedad y en sabores.

Una muestra de ello es el Festival Gastronómico Rincón Queretano, que se organizó en el Hotel Misión, ubicado en la frontera entre la Juriquilla pobre y la Juriquilla rica.

Los comensales, poco más de 30, pudieron degustar platillos, algunos de ellos desconocidos para los propios queretanos.

Una de las opciones gastronómicas que más piropos se llevó fue el conejo en mole negro, que es originario de la región de San Juan del Río.
“Los chiles del convento, o chiles conventuales, son de acá, son unos chiles mulatos, rellenos de queso y piloncillo, van capeados y bañados en una salsa de tomate”, explicó el chef Rafael Hernández, que se ha formado en las cocinas y no en la escuela.

Otro caso de la cocina de los conventos del siglo XVIII es la carne virtuosa, con carne de res y una salsa de almendras, canela y otras especies.

El arroz de la antigua, de la región céntrica de Querétaro, hecho a base de charales y camarón seco y la ensalada Corpus, mezcla entre vegetales y frutas.

En el apartado de postres, se pudo degustar de una conserva de Huamiche, el fruto de la biznaga, que se puede comer en distintas zonas de la Sierra Gorda, Bernal y el Marqués.

También están los duraznos prensados, el pan de garbanzo o de nopal.

“La cocina queretana, a lo mejor no es tan conocida, porque nos falta darle ese impulso, nosotros mismos darle más realce a la cocina queretana, pero que hay platillos los hay y muy ricos”, dijo Hernández

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